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Formación GTD: ¿Experiencia validada o sucedáneos «garrafón»?

| tiempo de lectura 7:44'

Cada vez hay más demanda de formación GTD®

Afortunadamente, cada vez son más las personas y organizaciones de todo tipo que descubren la metodología GTD®, se acercan a ella y la aplican. Esto se traduce en que cada vez hay más demanda de formación GTD®.

Por otra parte, y como es lógico, cada vez son más las personas y organizaciones que intentan aprovechar la oportunidad ofreciendo «supuestos» servicios de formación GTD®. Digo «supuestos» porque, desgraciadamente, el contenido de esos servicios de formación suele tener poco o nada que ver con la auténtica metodología GTD®.

El mundo de la efectividad y la productividad personal en español es relativamente pequeño. Un mundo en el que casi todos los que tenemos algo que aportar a este campo nos conocemos, algunos desde hace mucho tiempo.

La mayoría de las personas que tienen algo que aportar a la efectividad y a la productividad personal en español lo comparten en algún medio, bien sea un blog, LinkedIn, Twitter… Evidentemente, la calidad y el rigor de lo compartido es bastante heterogéneo, pero el simple hecho de atreverse a compartirlo ya nos dice algo.

Por otra parte están las personas que no saben y que, por tanto, poco o nada pueden aportar ni compartir. Personas cuya mayor capacidad es limitarse a repetir, normalmente con poco o nulo rigor, fragmentos de los contenidos creados por los que sí tienen algo que aportar. Como leía recientemente al maestro Xavier Marcet: «No te fíes de los que no escriben. No sabemos si piensan».

Cuidado con la formación GTD® «garrafón»

En el caso concreto de GTD®, parte de nuestro trabajo y de nuestra responsabilidad como único distribuidor oficial en España de formación GTD®, es saber qué personas y organizaciones están ofreciendo formación GTD® «garrafón».

El motivo principal por el que lo hacemos es evitar en lo posible que un puñado de ignorantes desaprensivos se dedique a engañar a personas que podrían beneficiarse enormemente de GTD® y que sin embargo son privadas de esta oportunidad, recibiendo en su lugar un sucedáneo de ínfima calidad que apenas sirve para nada.

Porque el problema más grave no es que lo que ofrezcan sea basura, sino que engañen al cliente, haciéndole creer que lo compra es GTD® cuando solo se le parece en el nombre.

Por desgracia, a día de hoy un porcentaje de nuestros clientes sigue llegando a nosotros después de haber tenido una primera mala experiencia con alguna de estas personas «supuestamente expertas» en GTD®. Lo malo son aquellos otros clientes que, después de una mala experiencia, no quieren volver a oír de GTD® nunca más.

En mi opinión profesional, como Master Trainer Certificado en GTD® por la David Allen Company, prácticamente ninguna de las personas «supuestamente expertas» que ofrecen formación GTD® en español posee las competencias básicas para poder ser siquiera consideradas «GTD Practitioner», así que mucho menos para impartir formación en GTD® con un mínimo de garantías.

Uno de los motivos por el que se atreven a vender GTD® es porque no son conscientes de hasta qué punto están vendiendo un producto «garrafón». En su ignorancia, creen saber GTD® y, por tanto, se sienten capaces de explicarlo.

El problema es que estas personas han aprendido de forma autodidacta, por lo que su conocimiento carece de la más mínima validación, y puede estar repleto de carencias, imprecisiones y errores, muchos de ellos graves. Errores que, evidentemente, trasladan en sus formaciones a sus clientes.

Más preocupante aún es el caso de las consultoras que contratan a sabiendas a estas personas para revender sus servicios, porque saben perfectamente que están comprando un producto de escasa calidad y que están engañando sin la menor vergüenza a sus clientes finales.

Cómo detectar la falsa formación GTD®

Diferenciar la falsa formación GTD® de la original es muy sencillo. Si la persona que imparte la formación no aparece en esta página, significa que carece de las más mínimas garantías, por lo que corres un alto riesgo de estar tirando tu tiempo y tu dinero si la contratas.

La duración de la formación que te ofrezcan puede ser también una buena pista. Cualquier formación que pretenda hacerte creer que puedes llevarte una mínima idea de qué es GTD® en menos de 8 horas es una tomadura de pelo.

El contenido es otra buena pista. Cuando la mayor parte de una formación tenga que ver con cómo usar una herramienta, la que sea, para GTD®, también estás ante alguien que está intentando compensar su ignorancia de GTD® enseñándote el uso de una herramienta.

Por otra parte, cualquier profesional con un mínimo de honestidad, debería dejarte claro desde el primer momento qué te está ofreciendo y qué no. La ausencia de un disclaimer que indique claramente que lo que te cuenta carece de garantías, también te da información sobre el tipo de profesional que te estás planteando contratar.

Por supuesto, si en lugar de una persona independiente, quién te está ofreciendo formación GTD® «garrafón» es una consultora, ya sabes que te están estafando descaradamente.

Y para finalizar, mención aparte merecen las empresas que engañan a sus empleados ofreciéndoles formación GTD® «garrafón» siendo plenamente conscientes de ello.

Características de la formación GTD® de calidad

La formación GTD® oficial grupal, es decir, la diseñada para grupos por la David Allen Company, del creador de GTD®, está estructurada en 3 niveles, cada uno de los cuales requiere de su propio proceso de certificación como «GTD® Certified Trainer» para poder impartirla. Lo mismo ocurre para poder impartir la formación diseñada para personas que quieren aprender GTD® de manera individual: antes es necesario obtener la certificación como «GTD® Certified Coach».

El primer paso para poder certificarse es que la David Allen Academy acepte tu candidatura. En este sentido, los criterios de entrada son muy rigurosos, ya que además de un buen grado de conocimiento de GTD® se exigen otras competencias clave para la formación.

Después de completar una serie de trabajos previos, el primer reto al que se enfrentan las personas candidatas es un T3, es decir, un Train The Trainer presencial de varios días de duración. Una vez finalizado el T3, las personas candidatas tienen una serie de reuniones individuales con un Master Trainer (MT) en las que el MT evalúa en qué medida la persona tiene el nivel competencial necesario para ser considerada «GTD® Practitioner». Si la persona todavía no está a ese nivel, se trabaja con ella hasta que lo alcanza.

Cuando la persona ha alcanzado el nivel competencial de «GTD® Practitioner», tiene que impartir una serie de cursos presenciales y módulos, compartiendo las evaluaciones de los mismos con su MT. Si el resultado de estas evaluaciones no está dentro de los estándares, es posible que tenga que hacer prácticas adicionales antes de que el MT le permita avanzar hasta el siguiente paso.

El último paso de la certificación es superar un examen escrito a la perfección. Después, para mantener la certificación, hay que impartir un mínimo de cursos al año, así como participar y contribuir en una Comunidad de Práctica de formadores certificados de GTD®.

Este mismo proceso hay que repetirlo para obtener también las certificaciones correspondientes al Nivel 2 y al Nivel 3. Por otra parte, para obtener la certificación como «GTD® Certified Coach» hay que haber obtenido ya la certificación de Nivel 1 y completar un proceso parecido a los anteriores, solo que de forma individual en este caso.

Por último, los «GTD® Certified Master Trainer», es decir, los formadores de formadores, tienen que superar un proceso aún más exigente, que incluye una semana (40 horas) trabajando con el propio David Allen en Ámsterdam, así como superar un examen escrito y un examen oral, nuevamente con David Allen, todo ello para cada uno de los tres niveles.

Como puedes ver, toda una serie de procesos que validan con un alto estándar de calidad la formación GTD® que vas a recibir, independientemente del formato que elijas.

Te engañan intencionadamente

Durante los últimos meses nos hemos estado poniendo en contacto proactivamente con diversas personas y organizaciones que ofrecen formación GTD® «garrafón».

El motivo, hacerles saber que la calidad de lo que venden es cuestionable y ofrecerles diversas alternativas para cambiar esta situación.

Lamentablemente, ninguna de ellas ha mostrado un interés real por cambiar nada.

El significado de esto es muy claro: saben que lo que ofrecen carece de garantías y les da exactamente igual.

Conclusión

La mejora de la efectividad personal es un camino. Un camino no exento de obstáculos y dificultades, a la vez que repleto de logros y satisfacciones.

David Allen, autor del método GTD®, y su equipo, han desarrollado una completa oferta formativa, que cubre todas las posibles necesidades individuales y grupales con los más altos estándares de calidad.

En el caso concreto de España, se da además la circunstancia de que en OPTIMA LAB vamos incluso más allá de los estándares oficiales. Junto a la certificación como «GTD® Certified Trainer», las personas que integramos OPTIMA LAB contamos con formación complementaria en coaching, PNL y otras disciplinas, además de ser usuarias experimentadas de GTD®, como demostramos habitualmente en nuestros blogs.

Convencidas de que «es el cliente quien define un trabajo bien hecho», nuestro indicador es el NPS (Net Promoter Score), un indicador que evalúa la satisfacción de los clientes entre -100 y 100. Nuestro objetivo interno es 80, y trabajamos día a día por superarlo.

Así que la última decisión es tuya, como lo son tu tiempo y tu dinero.

Puedes optar por una alternativa de calidad dudosa, o por algo que garantiza el retorno de tu inversión. Porque tú, mejor que nadie, sabes qué te aporta más valor: un conocimiento validado o un sucedáneo «garrafón».

[Nota aclaratoria adicional: Del feedback que he recibido de algún lector, entiendo que el tono del post puede parecer particularmente duro y agrio, transmitiendo además la sensación de que tengo un «cabreo» importante contra determinadas personas y colectivos a causa de su competencia desleal, o de favorecerla.

Si es así, lo siento. Nada más lejos de mi intención. Afortunadamente no hemos percibido impacto alguno de la competencia desleal en nuestros resultados económicos, si acaso más bien lo contrario.

El motivo de mi «cabreo», por llamarlo así, es otro. A mí, GTD® me cambió literalmente la vida en un momento especialmente complicado, y estoy convencido de que si hubiera conocido GTD® a través de cualquiera de estas versiones «garrafón», nunca me habría planteado el reto que supone aplicarlo, viéndome así privado de todo lo que me ha aportado.

Por consiguiente, mi «cabreo» es únicamente hacia las personas y organizaciones que, anteponiendo sus intereses económicos a todo lo demás, privan a otras personas de los beneficios que GTD® podría llevar a sus vidas.]

Comentarios

Angel avatar
Angel


Totalmente de acuerdo, yo soy de esos que estan escarmentados, decepcionados pero que sigo insistiendo y teniendo fe en el sistema. A la vez espero poder formarmde en condiciones algun dia, esa fe no la pierdo. Y sobre todo espero que me ayudeis vosotros. Muchisimas hracias por viestros consejos y ayuda.

David Barreda avatar
David Barreda


Hola José Miguel,

...creo que esto que cuentas es inevitable, y entiendo perfectamente el sentido del post, más aún sabiendo de vuestro rigor en lo que hacéis y del efecto que GTD tiene en la productividad de las personas...

...sabes, creo que te lo comenté, pero dudo mucho que estuviera llegando a todos los frentes que tengo abiertos actualmente (y de la forma en que lo estoy haciendo) si no estuviera utilizando GTD... bendita GTD...

Un abrazo!

d.

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Hola David.
Muchas gracias. A diario nos llegan testimonios que, como el tuyo, confirman que la efectividad personal puede transformar a mejor la vida de las personas.
Nosotros sabemos por propia experiencia que es así, y por eso me molesta que se prive a las personas de sus beneficios con una mala experiencia culpa de alguien que antepone sus intereses económicos a todo lo demás.
Un abrazo!
JM

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Amalio Rey


Puff… me va costar escribir este comentario porque ya sabes que siento muchísimo respeto por tus opiniones y admiro un montón tu trabajo; pero este post me ha dejado, como a Julen, “cierta ambivalencia”, y me quedo corto.

En primer lugar, por principio, me cuesta creer que para aplicar bien una metodología haya que estar validado o certificado por el creador original. No importa cuánto de compleja sea la metodología, incluida el GTD. Una cosa es que estar certificado o ser distribuidor oficial aporte un plus más que interesante, porque te permite acceder a una profundidad y a unos matices que muy probablemente otros no puedan. Pero otra bien distinta es que, por no estar certificado y alguien se prepare de forma autodidacta, no disponga como tú afirmas de las “competencias básicas” para poder ser siquiera consideradas GTD Practitioner, o para impartir formación en GTD “con un mínimo de garantías”. Francamente, me parece un poquito exagerado.

La formación autodidacta más mucha lectura e investigación, además de escribir, compartir y echar muchas horas de consultoría que consolidan la experiencia, pueden ser perfectamente suficientes para dominar con dignidad una metodología, no importa su sofisticación, como para ser capaces de transmitirla con cierta calidad. La certificación no puede ser el “único” camino para validar el conocimiento, o evitar carencias y errores en la práctica de consultoría.

Coincido con Julen, porque he seguido tu trayectoria, en que tú y tu equipo son seguramente lo más riguroso y fiable que existe en España aplicando la metodología de David Allen. No porque estéis certificados, sino porque se intuye por lo que escribes y la reputación que tenéis. Te he visto trabajando, y me pareces el número uno. Pero me sorprende leer que todo aquel que no aparezca en la página de Optima Lab “carece de las mínimas garantías” y pueden hacer “perder el dinero” a los que los contraten. No sé, me deja perplejo una afirmación así, a menos que no haya entendido lo que has querido decir. Cabe esa posibilidad. Ando algo espeso últimamente.

Entiendo, y comparto, tu cabreo hacia las propuestas-garrafón. Me refiero a las de verdad, a las de gente que no domina la herramienta y vende formación, esté o no certificada. Pero supongo que tienen que haber unos cuantos consultore/as (varios me vienen a la mente porque los leo), que, no estando certificados por David Allen, escriben y han echado muchas cientos de horas de consultoría, y a los que no se les debería negar el derecho a ser reconocida su capacidad para, al menos, ser contratados “con el mínimo de garantías”. No serán tan brillantes, ni perfectos, como los certificados, pero tampoco estafadores ☹

El mismísimo David Allen ha vendido cientos de miles de copias de los varios libros que ha escrito explicando el GTD para que, según él mismo, la gente aprenda a usar su metodología. Hay cientos de posts, muchos bien escritos, que la explican. El mundillo de la consultoría GTD no nació este año. Ya lleva muchos años en España con gente publicando y trabajando en eso. Así que, con todo ese material disponible, más gente con muchas horas de consultoría ya reconocida, si nadie es capaz de formar en GTD a menos que pase por ese largo proceso de certificación que tú cuentas, pues mira, desconfío de la metodología. Tanta sofisticación no puede ser verdad, ni práctica, ni útil.
Te estarás preguntando qué hago yo, un amigo, escribiendo aquí con tanta vehemencia, si no me dedico al GTD, ni nadie me ha llamado. En realidad, no estoy molesto contigo, sino con el sistema (el negocio) de las certificaciones, y su tendencia a descalificar la capacitación no oficial. Escribo por principios. Una cosa es explicar que el techo de un consultor certificado puede ser mucho más alto del que no lo es, pero otra bien distinta es decir que los demás no superan ni el piso para poder ser contratados “con un mínimo de garantías”.

Tú, querido amigo, también empezaste haciendo tus primeros pinitos y dando formación sin estar certificado. No te formó David Allen, y me consta que lo hiciste muy bien, porque tus clientes pre-certificación hablan maravillas de ti. Ese GTD que “te cambió literalmente la vida” no estaba certificado. Y, sin embargo, fuiste capaz de dominarlo y transmitirlo. En fin, todavía quiero pensar que no he entendido bien tu post. Si es así, te pido disculpas. No me ha sido nada fácil escribir esto. Es probable que después me arrepienta. Pero ya te digo, lo único que me mueve son las ideas y mis principios. ¡Un abrazo, maestro!

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Hola, maestro:
Lo primero, gracias por animarte a comentar. Este es un foro abierto y creo que la diversidad de perspectivas enriquece el contenido.
Por otra parte, me responsabilizo únicamente de lo que digo/escribo, no de cómo se interpreta ni de lo que se lee, o se cree leer, entre líneas.
El post dice lo que dice y explica además por qué lo dice. En España hay varias personas que saben mucho GTD, pero no venden formación. También hay alguna persona aislada que sabe mucho GTD y sí vende formación no certificada (y esto evidentemente queda fuera del GTD «garrafón») y, por desgracia, hay una gran mayoría de ignorantes totales de GTD que venden GTD «garrafón» de nula calidad. El problema no es que sea formación no certificada. El problema es que es basura que daña al producto original.
Al margen de creer o no en el valor de las certificaciones (vaya por delante que creo en el valor intrínseco de las certificaciones como herramienta, por más que muchas de sus implementaciones sean una verguenza), cuando alguien quiere aprender algo puede hacerlo de manera autodidacta o con ayuda.
En este segundo caso, tiene dos opciones si quiere acceder a formación de calidad. La primera es probar varias opciones de las disponibles y quedarse con la que mejor satisfaga sus necesidades. La segunda es acceder a una fuente previamente validada. Entiendo que cada cual elige lo que considera oportuno.
Yo no tengo nada en contra de ninguno de los dos modelos. Lo que sí me parece vergonzoso es hacer creer a los clientes que están pagando por una cosa que no es la que están recibiendo.
Por cierto, cuando yo empecé, en la primera página de todas mis propuestas aparecía el siguiente disclaimer: «José Miguel Bolívar no representa ni está afiliado ni ha sido entrenado ni está avalado por David Allen o la David Allen Company y simplemente comparte su conocimiento y experiencia personales en el uso de GTD. GTD y Getting Things Done son marcas registradas de la David Allen Company y así debe hacerse constar siempre que se utilicen. Para más información, puedes visitar el sitio web de David Allen y la David Allen Company (http://www.davidco.com/)».
Te aseguro que los vendedores de GTD «garrafón» no van con la verdad por delante, sino todo lo contrario.
Un abrazo!

David Sánchez Jiménez avatar
David Sánchez Jiménez


Hola. Voy a intentar ser breve.
Soy David y por mi trabajo en Guadalinfo (de San Juan del Puerto) he coincidido con Amalio en talleres formativos que ha impartido. En mi casa tengo 3 libros de David Allen (afortunadamente en cristiano jajaja) y uno de José Miguel (que no por hacer un cumplido, pero me pareció más práctico)

En mi experiencia personal diré que era de esos que mueven montañas (literalmente) de papeles de mi escritorio a la cama y otra vez al escritorio. En esta última década con los libros y voluntad he conseguido reducir la montaña a bandejas, organizarme, manejar las interrupciones y ser sencillamente más feliz para disfrutar de mi familia y dormir a pierna suelta cuál bebé. Eso sí, me ha costado muchísimo tiempo y tengo mucho que aprender sobre todo lo de las metas a largo plazo, ver mi vida desde más altura de la que actualmente lo percibo.

Entiendo a Amalio, porque salvando las distancias, me recuerda que en mis inicios arreglando ordenadores, a los vecinos, asociaciones.. me gratificaban y no estaba dado de alta. Por ética (dichosa educación de mi padre, que adoro) y por valiente decidí darme de alta y facturar, ofrecer garantía legal, formación y todo lo que conlleva. Es decir, mis inicios no fueron oficiales como les pasa a muchos, pero la experiencia que vas adquiriendo con ello, te ayuda a mejorar.
Yo tengo el título de Formador Ocupacional (o como se llame actualmente) pero la experiencia previa, ayudaba a entender la teoría de la formación y a solventar la parte práctica con menos nervios que otros alumnos. Espero con esto expresar, que la formación, habilidad, experiencia adquirida y actitud son 4 patas básicas para todo.
Pero José Miguel incide en que una mala formación hace mucho daño.. cómo cuando tu papá te enseña una forma de conducir en un polígono y cuando vas a la autoescuela, el formador se lleva las manos a la cabeza) Aunque la diferencia es que papá no actúa de mala fe, como si lo hace esos de "garrafón"
José Miguel, empieza a pensar en hacer una gira por España, en plan formativo, porque irme a Madrid, imposible, Sevilla, quizás. Voy a empezar con la hucha en cuanto te animes con la propuesta. Menos mal que iba a ser breve :)

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Hola, David. Lo primero, enhorabuena por tus progresos. Lo que supone reto suele saber mejor ;-)
Por otra parte, muy de acuerdo con tu comentario.
Y en cuanto a lo de la gira, me parece una idea estupenda, pero por desgracia no puedo organizarla. Si alguien se anima a organizar un curso abierto en su localidad, que nos lo diga, porque nosotros vamos encantados.
Un saludo!

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