Óptima Infinito

El Blog de José Miguel Bolívar

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#efectividad2017: No he vuelto a tener que trabajar durante los fines de semana

| tiempo de lectura 3:16'

Esta es la séptima de las entrevistas que en OPTIMA LAB estamos realizando desde enero de 2017 con motivo del «año de la efectividad».

Hoy entrevistamos a Juan Antonio García, un buen amigo con el que además he compartido muchos años de experiencia profesional, primero en el departamento de Logística de HP y posteriormente en Life Technologies.

Juan Antonio es Ingeniero Informático por la Universidad de Deusto y cuenta con una trayectoria profesional espectacular. Actualmente ocupa la posición de Agribusiness Sales Leader para Europa, Oriente Medio y África en Thermo Fisher Scientific.

Reconozco que cuando me enteré de que Juan Antonio estaba usando GTD® me sorprendió mucho, porque Juan Antonio es, probablemente, la última persona que me vendría a la cabeza si me pusiera a pensar en gente que necesita GTD®.

A lo largo de mi carrera profesional he tenido la oportunidad de trabajar con un número considerable de excelentes profesionales. Pero lo de Juan Antonio está a otro nivel. En serio. Si hay alguien con quien siempre puedes tener garantía total de que se va a hacer lo que hay hacer, cuando hay que hacerlo, esa persona es Juan Antonio.

Así que, cuando me enteré de que él también usaba GTD®, no pude resistirme a abusar de su confianza y pedirle esta entrevista. Espero que te resulte tan interesante como a mí.

Juan Antonio, ¿cómo llegaste al mundo de la efectividad personal?

Llegué al mundo de la efectividad personal a través de mi amigo José Miguel Bolívar. José Miguel y yo éramos compañeros de trabajo y me llamó la atención el aumento de su productividad en el trabajo cuando consiguió implementar el método GTD®.

¿Cómo fueron tus «primeros días» al iniciarte en el mundo de la efectividad personal?

Pues la verdad es que fueron complicados. Después de leer el libro de David Allen un par de veces, me puse 100% a implementar el método. Tenía sensación de inseguridad y también de tener que estar dedicando más tiempo para hacer el trabajo.

Por supuesto, fallé dos veces hasta conseguir adquirir todos los hábitos y poner el método en marcha.

¿Cuáles fueron los principales obstáculos con los que te encontraste? ¿Cómo los superaste?

Como te decía, los principales obstáculos fueron la adquisición de hábitos para interiorizar el método. Tras la primera caída lo intenté nuevamente. A la segunda, a pesar de poner más interés y foco, volví a caer. La verdad es que fue un momento en el que me sentía cansado y un poco harto del trabajo que tenía.

A la tercera fue la vencida… Coincidió con un cambio de puesto de trabajo y sentí imprescindible la necesidad de cambiar de paradigma para poder hacer todo lo que se esperaba de mí en el nuevo puesto.

¿Cuáles son los logros que te ha causado una mayor satisfacción conseguir?

El mayor logro es, sin duda, la sensación de control y de tener la mente despejada; sin ruido o distracciones.

También la tranquilidad de saber que no pasa nada por no responder a los mensajes de correo electrónico según llegan.

¿Cómo ha contribuido la mejora de tu efectividad personal en tu entorno y/o en tu organización?

Por una parte, ha reducido considerablemente el estrés.

Por otra, la sensación de tener la mente despejada es, con diferencia, lo que más me ayuda a estar centrado y enfocado durante las reuniones con mi equipo.

¿Qué tipo de reacciones has observado en las personas que te rodean a raíz de tu nueva manera de trabajar?

Los compañeros de trabajo se interesan por saber cómo consigo hacer tantas cosas, sin «olvidarme de nada» y manteniendo el foco en cada tarea. La gente de mi equipo también se ha interesado por el método y sé que ya hay al menos dos personas que están empezando a familiarizarse con GTD®.

¿Qué hábito en particular destacarías como especialmente útil o valioso para ti?

Destacaría el hábito de Capturar, sin duda.

¿Cómo convencerías a un amigo de que se anime a mejorar su efectividad personal?

Creo que la reducción del nivel de estrés es el mejor argumento para convencer a amigos.

¿Alguna anécdota, que quieras compartir, respecto a tu proceso de mejora, o como consecuencia de haber conseguido ser una persona más efectiva?

No sé si se puede calificar de anécdota o no, pero la verdad es desde que uso GTD® no he vuelto a tener que trabajar durante los fines de semana para terminar tareas que tenía pendientes por no haberlas podido completar durante la semana laboral.

Comentarios

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Julen


Muy interesantes este tipo de entrevistas porque trasladan "operativas" de GTD (por llamarlo de alguna manera). Llego aquí para mostrar un punto de vista radicalmente diferente: mis fines de semana también llevan carga de trabajo. Al igual que mis días "laborables" (si eso es lunes-viernes) incluyen actividades de ocio. No veo en alguien que trabaja con conocimiento (emoción+acción+pensamiento) otra manera de hacer frente a la realidad laboral.

Dicho lo anterior: hay que gestionar lo que llamo "diques de contención". La convivencia no quiere decir un totum revolutum ;-)

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Yo coincido plenamente contigo, Julen. Para mí, hace años que el concepto «semana laboral» entró en desuso. La semana tiene siete días y yo tengo trabajo y ocio los siete. Como bien dices, si trabajas con conocimiento, es lo que hay. Estoy convencido de que la clave es integrar, más que separar.
El problema es que a mucha de la gente que trabaja en muchas de las organizaciones no le gusta su trabajo y lo considera un mal necesario. En este caso, integrar lo que no te gusta con lo que sí te gusta puede ser complicado.
Lo que comenta Juan Antonio es algo que para mí carece de atractivo, pero que puede ser un gran motivador para muchas de estas personas que no disfrutan particularmente con su trabajo a la hora de mejorar su efectividad personal y, con ello, «proteger» mejor lo que no es trabajo.
Abrazo!

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Julen


Quizá ahí, en reconocer una lógica variabilidad a la hora de aplicar GTD, está también parte del éxito: contextualizar, hacer nuestras las propuestas, adaptarlas, reinterpretarlas...
Y sí, por supuesto: liberar el fin de semana para mucha gente es, no hay duda, un gran estímulo. Así que, por mi parte, bienvenido sea ese enfoque si ayuda a la gente a trabajar mejor y más a gusto.
Nos leemos :-)

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David Sánchez


Hay muchas personas que, aún trabajando con conocimiento como comenta Julen, siguen creyendo posible esa separación de vida profesional y personal. Y creo que es cierto que, en algunos casos hay personas que necesitan o quieren tratar de forzar esa separación y la desconexión. Puede que sea por lo que comenta José Miguel o puede que sea por la herencia de una forma de pensar.

En cualquier caso, hay personas que se resisten a "trabajar" fuera de su horario laboral. Y cuando me refiero a trabajar no me refiero estar tecleando delante de un ordenador echando horas. Ese "trabajo" al que me refiero puede ser pensar, estar abierto a una idea, aprovechar un momento de "lucidez" para abordar una solución,... Dejar pasar esos momentos laborales aunque estés en tu tiempo personal puede ser una temeridad.

Aprovechando el debate, Julen y José Miguel, también es cierto que las situaciones de las personas son diferentes. ¿Una persona que trabaje por cuenta ajena en un horario establecido y cuyas herramientas estén, en su mayoría, en su entorno de trabajo tendrá más posibilidades de hacer esa separación? ¿Qué opináis.

Para mí, el concepto de "integración" es clave, independientemente de dónde debas o puedas hacer tu trabajo. Aunque si que es cierto que, a mayor flexibilidad más partido se puede sacar a esa integración.

Un abrazo

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Julen


Es evidente que hay trabajos y trabajos, contextos y contextos. Comento dos ejemplos sacados de mi actividad profesional.

Vas por el taller y ves a un operario delante de una máquina con el periódico abierto: bronca al canto. Está perdiendo el tiempo. Vas por la oficina y pasas a primera hora por delante del despacho del gerente: está con el periódico abierto. Claro, estará leyendo algo interesante. El primero vive atado a rancias maneras de medir su eficiencia; al segundo parece que no. Por cierto, los dos estarían leyendo páginas deportivas. Distintas varas de medir, prejuicio puro.

Un sábado por la mañana. En el monte, entre el Betsaide y el Anboto, dos cimas emblemáticas de esta parte del sur de Islandia donde vivimos. Ahí es donde, según me contaba un amigo, estaban sus mejores decisiones para la fábrica. ¿Al monte a trabajar?

No quiero moralizar, solo relativizar qué es y qué no es trabajar ;-)

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Creo que, en el trabajo del conocimiento, trabajo es lo que haces, no un sitio al que vas. El ejemplo de Julen lo deja muy claro. Puedes estar pasando un rato de ocio leyendo páginas deportivas en la oficina y trabajando, tomando decisiones para la fábrica, mientras das un paseo por el monte.
Efectividad es hacer bien las cosas correctas en cada momento. Puede aplicarse a las dos situaciones de ejemplo. Para mí, la clave está en redefinir qué significa trabajar en el trabajo del conocimiento.

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