Óptima Infinito

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GTD: Productividad Personal es Compromiso Personal

| tiempo de lectura 2:57'

Este es un nuevo post de la serie «haz que funcione» pero me viene al pelo el debate que se ha originado en casa de mi buen amigo y maestro Jerónimo Sánchez sobre si tiene sentido un GTD «light» o no. La conclusión a la que, antes o después, hemos ido llegando diversos usuarios veteranos de la metodología es que no, que esa supuesta «necesidad» de una «versión light» de GTD no es sino la expresión de una falta de compromiso firme con la mejora y el desarrollo personales.

Dicho de otro modo, si está en tu mano llegar a ser la mejor versión de ti, y no lo haces, es simplemente porque no quieres comprometerte a hacerlo, lo cual, por supuesto, es una opción por completo respetable. Pero no le eches la culpa a la supuesta complejidad del método que estás utilizando para mejorar. Impagable, por cierto, el comentario de mi admirado maestro Alex Bergonzini al respecto. Se puede decir más alto pero no más claro.

La verdad sobre GTD es que funciona y funciona de forma realmente espectacular, siempre y cuando tengas voluntad de poner algo de tu parte, claro. Nadie ha dicho nunca que sea fácil. Tampoco lo es tocar un instrumento musical o terminar una maratón y a pesar de ello hay gente que lo consigue todos los días. Al final, como suelo explicar en los talleres que facilito y en los que comparto mi propia experiencia personal, lo único que realmente necesitas para que GTD funcione es un compromiso genuino y duradero de cambio y mejora personal. Si lo tuyo es la píldora azul, mejor busca otras alternativas, porque es más que probable que la píldora roja de GTD se te pueda atragantar.

Como apunta David Allen, la consecuencia final de ser responsable de cómo reaccionas ante lo que te rodea es que tienes que definir cómo quieres comprometerte con tu propio mundo. Aunque pueda sonar a perogrullada, lo cierto es que no lo es en absoluto. El mundo está lleno de gente que evita a todas horas los compromisos, no solo porque no quiera comprometerse, sino también porque, en muchas ocasiones, no sabe cómo comprometerse.

Comprometerse implica decidir y decidir siempre es más fácil cuando sabes con claridad cuáles son las posibles opciones y qué significa para ti cada una de ellas. Tener esa claridad es precisamente lo que las personas usuarias de GTD llaman tener «control y perspectiva». Cuando disfrutas de control y de perspectiva, sueles elegir la opción que realmente quieres elegir – no la que otras personas o tu entorno te quieren imponer – y además te sientes bien con ella.

Cuando decides algo desde el control y con perspectiva, significa que eso que decides es lo mejor que puedes hacer en ese momento y que es precisamente ahí donde debe estar centrada tu atención. Cuando decidir desde el control es lo habitual para ti, dejas de sentir la presión del tiempo y tu mente se libera de cualquier tipo de agobio. Las personas con control no necesitan establecer una distinción entre su vida y su trabajo – distinción que por otro lado es un sueño imposible en el trabajo del conocimiento – porque lo que les importa ya no es si algo es personal o profesional, sino si realmente es lo que tienen que estar haciendo o no.

En contra del error común de creer que la productividad personal es hacer muchas cosas, lo cierto es que la productividad personal consiste sencillamente en elegir con confianza la opción adecuada en cada momento. A primera vista puede parecer complicado pero cuando tienes control y perspectiva, resulta evidente cuál de las opciones disponibles es la prioritaria.

La productividad personal se encuentra en el punto de equilibrio entre la hiperactividad compulsiva y la pasividad indolente. Porque, en el trabajo del conocimiento, más que en hacer muchas cosas, la productividad personal consiste en hacer las cosas que realmente hay que hacer, es decir, las que aportan valor y te acercan a los resultados que merecen la pena.

Por eso, en este nuevo entorno del trabajo del conocimiento, lo importante no es la cantidad de cosas que haces sino la calidad de tu compromiso hacia ellas.

Comentarios

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Jerónimo Sánchez


Pensando, pensando... creo que mucha gente teme comprometerse con GTD porque lo ven como un producto empaquetado, con el que hay que casarse, en lugar de como lo que realmente es: una colección de QUÉs (hábitos, buenas prácticas) impepinables, validados por activa y por pasiva por cientos de miles de personas de todo el mundo, y algunos CÓMOs opcionales que, sí, a estas alturas quizá ya desfasados, pero sobre los que tienes toda la libertad de cambiar lo que quieras.

Claro, también están los que no se comprometen ni aunque les vaya la vida en ello. Pero a esos no les vendes una botella de agua ni aunque estén en medio del Sahara.

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Como bien dices, Jero, el problema es que la gente habla de «lo que cree que es» GTD en lugar de hablar de lo que «es» GTD. Esta actitud, en general y no solo aplicada a GTD, es una de las principales culpables de los bajos niveles de productividad y los altos niveles de estrés que viven muchas personas actualmente. Muy a menudo, muchas personas se «inventan» o «suponen» qué son las cosas, en lugar de hacer el más mínimo esfuerzo por averiguar qué son en realidad. El problema cuando no sabes qué es realmente algo, es que casi con seguridad tus decisiones sobre ese algo - incluidas aquellas relacionadas con la productividad - van a ser decisiones erróneas, ya que no son realmente sobre ese algo, sino sobre lo que tú crees que es ese algo, que puede ser completamente distinto. Los principios de GTD son tan sencillos y universales que nadie con dos dedos de frente cuestionaría su validez. A partir de ahí, mucha gente supone, deduce, asume y extrapola hasta acabar en conclusiones que nada tienen que ver con GTD ni con su esencia.

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Jordi Sánchez


Creo que tienes toda la razón, José Miguel. A mi me pasó justamente eso cuando estaba empezando y debido a eso no conseguía comprometerme a usar GTD.

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Muchas gracias, Jordi. A mí también me paso, así que hablo por propia experiencia. Una de las pregunta clave de GTD al procesar es «¿qué es?», entendido como «¿qué significado tiene esto para ti». La necesidad de llevar a cabo esta reflexión antes de poder continuar con el procesado me ha ayudado a darme cuenta con los años de que, casi siempre, detrás de una mala decisión mía había una mala comprensión del verdadero «¿qué es?». Es lógico porque, ¿si no sabes realmente qué es algo ni qué significa para ti en realidad, y lo confundes con algo distinto que tú crees que es, cómo vas a poder decidir bien sobre ello?
Un saludo.

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Bergonzini


A mi me encanta la lección que nos da Sun Tzu aplicado a la productividad:

"El supremo arte de la productividad es finalizar los proyectos sin realizar acción"

Una ley que permite ver la sencillez y la complejidad de un sistema de productividad, el objetivo de alcanzar los proyectos con la meta clara y los justos esfuerzos, una reivindicación a lo que realmente es importante para desechar lo que nos estorba en la vida. A veces el mayor esfuerzo es aquel que consiste en no hacer nada, porque como bien dices la productividad personal es control, seguridad, cambio, compromisos y para llegar a conseguirlo uno debe querer cambiar. Siempre que recomiendo el método de GTD, digo siempre que comiencen por Stephen Covey y sus siete hábitos, ya que son una preparación para el cambio que se avecina. Un trabajo interno brutal, que hace tambalear tus principios y tu forma de ser, hay que cambiar uno mismo para ser productivo. La productividad personal no es una herramienta, es una forma de ser, es una religión, ya que si sólo lo utilizamos nos convertiremos nosotros mismos en una herramienta que otros utilizaran y con el tiempo nos desgastaremos. Hay que ser productivos aquí y ahora, descubrir el potencial como personas y conseguir ser mejores en aquello que nos dediquemos.

Como siempre Maestro Bolívar, enseñando la realidad con la seguridad de tu experiencia.

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Muchas gracias Àlex. Un placer verte de nuevo por aquí, maestro. Poco que aportar a tu comentario, la verdad. No sé si GTD podría llegar a ser considerado una religión pero desde luego sí es una filosofía que vas mucho más allá de unas técnicas o métodos para ser toda una forma de entender la propia relación con el día a día y nuestro desarrollo como personas. En otras palabras, un camino de liberación, descubrimiento y crecimiento personal.
Fuerte abrazo!

Luis X. González avatar
Luis X. González


¡Mi felicitación a los tres!

Di con sus blogs desde hace años y me han servido.

Sólo seguía asiduamente a Jero desde el 2011, y ya hemos interactuado en este tiempo.
A finales de 2014 me volví seguidor del maestro José Miguel que con sus posts y con la respuesta a mis comentarios en este blog, me ha enseñado a usar el GTD genuino, todo unido al descubrimiento de Jero del 2014 de usar GTD “tal cuál viene en la caja”, en frase suya (cfr. http://jeronimosanchez.com/gtd-primero-el-habito-luego-las-herramientas/).
Me alegra la recomendación de Bergonzini de leer primero los 7 hábitos de Covey antes de empezar GTD, como preparación para el cambio que se avecina con GTD. Fue mi caso sin saberlo.

Para impulsar esa efectividad de GTD entre la gente, desde hace varias semanas inicié la cuenta de twitter: @efectividad360 desde donde también los sigo a ustedes, y ya he puesto frases de José Miguel y de Jero.

Así que ¡muchas gracias a los tres!.

Saludos desde México, DF.

Luis X. González
Twitter: @efectividad360

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Muchas gracias a ti, Luis. Encantado de resultar de ayuda.
Saludos!

Edwar Apaza Zavala avatar
Edwar Apaza Zavala


Leo este blog desde hace años, también a Jeroen, GTD Bergonzini, Gachupas, ThinkWasabi, entre otros.

Mucho tiempo pasó desde que descubrí GTD hasta que realmente lo empecé a usar, cuándo ocurrió este cambio?, cuando entendí que no se trataba de una herramienta sino de una forma de ver las cosas, desde que apliqué las áreas de responsabilidad a toda mi vida como si fueran mis otros "yo", desde que conecté todo el flujo de trabajo a mi forma de analizar todo lo que llegaba a mis manos, nunca más fui el mismo...

Hoy siento que GTD es parte de mi, como un chip, no sé si hago mucho más que antes, y lo pongo en duda porque no es tan evidente, lo que si sé es que lo que hago le pega a alguna visión / objetivo, siempre.

Estoy muy contento de disfrutar de estos debates que llevan mi reflexión a un segundo nivel, y por supuesto, estoy muy contento de haberlos conocido porque de ustedes aprendí, casi tanto como de David Allen.

Buenas noches desde Lima, Perú.
Abrazo.

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Muchas gracias, Edwar. Dije en una ocasión: «Todos aprendemos de todos. En eso consiste el 2.0». Creo que estos debates son enriquecedores para todos los que participamos en ellos de algún modo. Los libros de David Allen son en buena parte altamente «interpretables», ya que David Allen deja muchas cosas sin explicar con claridad. En el proceso de «ensayo/error» que conlleva el aprendizaje de GTD se van realizando descubrimientos poco a poco, desde lo más trivial y operativo, a lo más complejo y estratégico. Como bien dices, es en la parte de perspectiva donde realmente se descubre todo el potencial que encierra GTD como herramienta de cambio y desarrollo personal.
Gracias de nuevo por leerme.
Abrazo!

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