Óptima Infinito

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Conversando en Red sobre Redes Productivas

| tiempo de lectura 4:31'

Afortunadamente, mi post 7 Reflexiones sobre Redes Productivas generó una conversación aún más rica de lo que esperaba y en la que, hasta el momento de escribir esto, han participado ya Amalio Rey, Paz Garde y David Sánchez.

Amalio, por ejemplo, comentaba que necesitó un post para cubrir todos los aspectos que quería incluir en su comentario y yo me encuentro ahora ante una situación similar si quiero evitar que la mitad de lo que diga no se entienda. Así que vamos allá.

La primera pregunta que plantea Amalio es «¿qué diferencias hay entre una “red” cualquiera y una “red productiva”? Como bien apuntaba el propio Amalio, y más tarde confirmaba Paz en su post, cuando utilizo el adjetivo «productivas» lo hago intencionadamente para referirme a un tipo muy concreto de redes, y lo hago para diferenciarlas de otros tipos de redes como pueden ser las redes sociales y las redes de aprendizaje o redes de conocimiento.

Una red productiva es aquella que se genera alrededor de un proyecto cuyo objetivo es producir un bien, o un servicio, destinado a satisfacer una o más necesidades de un cliente. Esto suele implicar, como explican Paz y Amalio, que existan una serie de exigencias y limitaciones en cuanto a plazos, recursos, requisitos, calidades, costes, etc.

Por otra parte, me parece importante destacar la distinción que hace Paz entre red productiva en cuanto al objeto de la red («qué» hace) y red productiva en cuanto a estructura que logra resultados de forma eficiente y eficaz («cómo» lo hace). Y me parece importante porque a mí lo que me interesan son la «redes productivas efectivas», es decir, las redes que producen resultados de forma eficaz y eficiente. Porque una red puede ser productiva – en el sentido de que consigue resultados – aunque los consiga de forma ineficaz e ineficiente, del mismo modo que una red no productiva – en el sentido de que no produce bienes o servicios para un cliente, como por ejemplo una red de conocimiento o aprendizaje – puede funcionar también de forma eficaz y eficiente.

Volviendo a la conversación anterior, decía Amalio que la existencia de unos «objetivos de la red» introduce una tensión singular en el funcionamiento de cualquier red. Si bien estoy de acuerdo en que hay casi tantas diferencias entre una red productiva y cualquier otro tipo de red como puede haberlas entre cualquier red y una estructura de no-red, la afirmación de Amalio conlleva de forma implícita que la red ya existe cuando surge el proyecto, algo que por definición es contrario a lo que yo llamo red productiva.

Antes de existir el proyecto puede existir una red pero, aunque pueda ser así en muchos casos, no tiene por qué ser necesario, ya que los nodos que se aglutinan alrededor del proyecto pueden proceder de redes diversas e independientes entre sí. Como decía en mi anterior post, «es el proyecto quien genera la estructura, no la estructura quien condiciona y limita el proyecto«. Si antes de surgir el proyecto existe ya una red, nunca podrá ser – por definición – una red productiva con relación a ese nuevo proyecto (aunque sí podría serlo con relación a otros) sino que habitualmente se tratará de una Comunidad de Práctica (CoP). Si cuando surge el proyecto existe ya una CoP, habrá nodos de esa red previa a los que les interese y se adhieran a él pero del mismo modo puede haber otros nodos a los que el proyecto no les interese y por tanto no se adhieran al mismo.

Un tema particularmente interesante que plantea Amalio es el de la «estabilidad» de las redes productivas. Partiendo de la base de que, para ser productiva, una red necesita un proyecto que la sustente, la estabilidad de la red productiva dependerá de la existencia o no de un meta-proyecto de red como el que apuntaba Paz. El meta-proyecto de red es una especie de «contenedor de proyectos» que da cabida a los proyectos que van surgiendo, trascendiendo a los mismos. Este es un tema que creo puede dar mucho juego y sobre el que habrá que seguir profundizando.

En cuanto a la distinción entre consenso y consentimiento, se trata de una de las diferencias fundamentales entre una red productiva y el resto de estructuras productivas. En mi experiencia, los procesos de toma de decisiones basados en factores subjetivos, como por ejemplo el consenso, suelen evidenciarse en la práctica como claramente subóptimos, en la medida que no garantizan en modo alguno que las decisiones tomadas sean las correctas, aunque todas las personas estén de acuerdo con ellas.

En el trabajo del conocimiento, la eficacia depende en gran medida de la calidad del proceso de toma de decisiones empleado, luego ser capaces de tomar las decisiones correctas es una de las claves para que una red productiva sea eficaz.

Si partimos además de la base de que la calidad de las decisiones tomadas depende de la calidad de la información disponible para el proceso de toma de decisiones, encontrar la forma óptima de integrar la mayor cantidad posible de información útil relevante para la toma de las decisiones correctas se convierte en la máxima prioridad. Por esta razón, el proceso de toma de decisiones en redes productivas – y en concreto la toma de decisiones por consentimiento integrativo – constituye uno de los elementos fundamentales de nuestra metodología OPTIMA12® y sé que Paz – que es quién está trabajando más a fondo en el tema – tiene intención de escribir largo y tendido sobre ello en los próximos meses.

Otro tema interesante es el que planteaba David al afirmar que es más necesario que nunca aplanar las organizaciones. Las jerarquías, como dice David, no son ni buenas ni malas «per sé». Simplemente son funcionales o disfuncionales según las circunstancias. Pero, para mí, ese «o» no queda suficientemente claro. Una cosa es aplanar las jerarquías «y» otra cosa es eliminar las jerarquías. Entiendo que aplanar las jerarquías puede ser algo que tiene sentido en un proceso de transición de una estructura a otra pero no acabo de verlo. O la jerarquía es funcional y entonces se mantiene o es disfuncional y entonces se sustituye por otro modelo de estructura. Y si lo procedente es mantener la jerarquía, entiendo que el aplanamiento o no debería ser en función de las necesidades.

Como resumen, un montón de ideas a las que seguir dando vueltas para este apasionante futuro que nos espera: un futuro de redes productivas.

Comentarios

Rafa García avatar
Rafa García


No puedo estar más de acuerdo con ese futuro de redes productivas que pronosticas, José Miguel.
De este post y el anterior, el de las 7 reflexiones, interpreto que tu foco está en los criterios de organización humana del equipo(primero) y en la aplicación de metodologías / herramientas (después). Aunque los dos artículos son muy conceptuales y de alto nivel, sospecho que estás mirando por el retrovisor a una aplicación práctica en el marco de tu Optima12. Seguiremos atentos.
Mi visión, que quizás por deformación profesional tiende a lo más concreto es la siguiente:
La red productiva es la evolución necesaria de la gestión de proyectos. Ésta cuenta hoy con marcos metodológicos muy probados y contrastados con diferentes orientaciones (PMBoK, Prince2, SCRUM, XP...). Y además, va a seguir siendo indispensable en muchos ámbitos. ¿Problema? Lo mencionabas en tu primer artículo: la dimensión humana.
La mayor parte de la economía española es PyME y cuando una PyME (o un departamento inmerso en una gran organización) tiene que sacar un trabajo entre manos, cada vez cuenta con menos hueco (=tiempo, atención y dinero) para la gestión. Que, por otra parte, es fundamental.
Así que, o cuentas con formas nuevas de organizarse que aprovechen las posibilidades tecnológicas en red actuales, o lo que va a seguir imperando es el voluntarismo, las prisas a última hora y los resultados pobres.
A todo eso yo le llamo Entornos Colaborativos (CWE -Collaborative Working Environments por sus siglas en inglés). Herramientas como Asana, Wrike, easyprojects, Mingle, Podio y una legión más de soluciones de todo tipo y pelaje que habrá que seleccionar y adaptar a cada caso.
Y es ahí donde creo que todo esto va a concretarse.
Conclusión: hay que seguir leyéndote con mucha atención.
Saludos, Rafa.

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Hola Rafa,
Muchas gracias por seguir este aventura con atención :-)
En mi experiencia y opinión, lo primero que hay que cambiar es la creencia de que a las empresas en general y a las pymes en particular les falta tiempo para la gestión. Lo que les falta es interés en la gestión, probablemente porque no se le ve valor. Si hay algo que sobra en las empresas, incluyendo las pymes, es tiempo y la prueba es que no hay más que ver como se malgasta a diario de manera escandalosa. ¿Las causas? Falta de objetivos S.M.A.R.T., obsesión por hacer, olvidando pensar antes, malos hábitos productivos en general, falta de control y perspectiva, desconocimiento de técnicas básicas de eficacia y eficiencia personal, reuniones constantes sin pies ni cabeza, rework y más rework por vivir asentados en la chapuza... Las herramientas están muy bien, son muy útiles y necesarias pero su utilidad está limitada en la medida que sirvan para apoyar formas correctas de hacer y trabajar. El reto es entender que estamos en la Era del Conocimiento y que eso exige aprender a trabajar de una forma nueva.
Saludos.

Silvestre Segarra avatar
Silvestre Segarra


Hola José Miguel, me parece que mi comentario en el post anterior se podría contestar en este. Gracias y un saludo.

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Creo que en parte sí, aunque ya te he contestado también allí :-)

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