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GTD: Tu mente es un problema para tu productividad

| tiempo de lectura 2:22'
Organized Chaos, cortesía de Let Ideas Compete
Organized Chaos, cortesía de Let Ideas Compete

La lógica de la productividad personal con GTD te dice que mejorarla depende de gestionar mejor tus compromisos. ¿Por qué? Porque, sin ayuda, tu mente tiene una capacidad muy limitada a la hora de organizar estos compromisos y eso la convierte en un problema para tu productividad.

¿Qué significa esto en la práctica? Es sencillo. Tu mente esta diseñada para pensar, no para gestionar tus compromisos. En este sentido, lo único que tu mente es capaz de discernir es si un compromiso está a) gestionado o b) sin gestionar. Y si está sin gestionar, lo que tu mente entiende que debe hacer con él es recordártelo cada cierto tiempo.

Muchas personas sobrevaloran la inteligencia de la mente. Pero los hechos son abrumadores y demuestran que, por desgracia, a la hora de ayudarnos con nuestra productividad, nuestra mente no es tan «lista».

De hecho, si no fuera porque la mente no tiene personalidad propia, a menudo cabría pensar que es un tanto puñetera. Porque a ver, ¿cuándo te acuerdas tú de que tienes que comprar pilas para esa linterna que lleva meses por casa con las pilas gastadas, cuando vas por el pasillo de pilas del supermercado o cuando se va la luz en tu casa?

Si tu mente fuera medianamente espabilada para estos temas, lo suyo es que te recordara comprar pilas siempre que pasaras cerca de un sitio en el que venden pilas y tuvieras tiempo y dinero para hacerlo. Pero no. Tu mente te recuerda una y otra vez que tienes que comprar pilas cuando no puedes comprarlas.

Si te paras a pensarlo un momento, observarás que con frecuencia te acuerdas de cosas que tienes que hacer y rara vez sucede en unas circunstancias en las que puedes hacer algo al respecto. ¿Te das cuenta de lo tremendamente frustrante que puede llegar a ser esto? Porque reconocerás que acordarte de cosas sobre las que no puedes hacer nada solo sirve para perder el tiempo y agotar tu energía.

Confiar en la capacidad de la mente para recordarnos lo que tenemos que hacer es una mala estrategia, ya que hay estudios que demuestran que tu memoria a corto plazo no puede encargarse de recordar siquiera una docena de elementos sin perder el contexto y olvidarlos todos. Por muy buena memoria que creas tener.

Porque además, la mente es una herramienta realmente incompetente tomando decisiones sobre la marcha, ya que está sujeta a múltiples sesgos. Por ejemplo, lo último que te ha llegado o lo que más carga emocional implica, como por ejemplo algo que te pide tu jefe, tu pareja o un cliente crítico, siempre le parecen más prioritarios que otros asuntos menos ruidosos, más neutros emocionalmente o que llegaron hace más tiempo..

Por otra parte, la fracción de la mente que usas para localizar y gestionar compromisos no tiene una noción clara del tiempo, de qué es pasado o futuro, así que simplemente se dedica a recordarte periódicamente que ese compromiso sigue pendiente.

Por tanto, gestionar mejor tus compromisos es algo que no vas a poder hacer con tu mente. ¿Qué opciones te quedan entonces para mejorar tu productividad personal? Parece que lo más efectivo es ofrecerle alternativas a tu mente que le resulten lo suficientemente fiables como para que deje de recordarte constantemente cosas que no puedes hacer… Y ahí GTD tiene mucho que ofrecer 😉

Comentarios

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David Sánchez


Es una lastima que nuestra mente sirva solo para pensar, jeje. No hay mucha discusión en el enfoque que propones, es como si quisiemos utilizar una bici de carretera para hacer mountain-bike... Se puede utilizar pero el resultado no sera el esperado y desde luego no es la mejor opción.

A mi personalmente me llama la atención la parte emocional de la mente, creo que es la verdadera enemiga de la productividad. Es como comentas en el antepenúltimo párrafo del post. Porque, no nos engañemos, acordarnos o no de ciertas cosas puede minorar o lastrar nuestra productividad, pero permitir interrupciones emocionales no basadas en la racionalidad de nuestro sistema es lo que nos puede producir un estrés productivo y personal de grandes dimensiones. responder a todo lo que llega como si fuese para ayer, perder la perspectiva de tus objetivos a medio o largo plazo, o dejarte influenciar por la improductividad de los demás es la verdadera bola de demolición contra los pilares productivos del sistema...y esa bola la dirije la mente emocional.

La mente no es la mejor opción para gestionar compromisos, pero si que lo es para tomar decisiones en función del entorno. siempre lo ha sido y siempre lo será, aunque en muchas ocasiones la "algorítmizacion" de la mente nos ayudaría a que las decisiones tomadas fueran más adecuadas

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Las conductas que comentas son hábitos que se han ido instaurando, en buena medida, por influencia nociva del entorno. La buena noticia es que, como hábitos, se pueden modificar o sustituir por otros distintos, más productivos. Si tu mente se fía del sistema que usas, la parte emocional que comentas se neutraliza. La mente es buena para pensar y es capaz de tomar buenas decisiones en las condiciones adecuadas. Por ejemplo, cuando es capaz de contrastar opciones, se reduce enormemente el sesgo. Esto lo sabe GTD y por eso lo que propone es un sistema para mejorar y automatizar la toma de buenas decisiones.

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Amalio Rey


Estando de acuerdo con la esencia de lo que planteas después de leerte mucho y darme unas vueltas por el GTD, me siguen chirriando frases como estas: “gestionar mejor tus compromisos es algo que no vas a poder hacer con tu mente” o “la mente es una herramienta realmente incompetente tomando decisiones sobre la marcha, ya que está sujeta a múltiples sesgos”. El término “mente” me suena esotérico y ambiguo. Pero en todo caso, creo que también usamos la mente para aplicar el GTD porque si es cierto (como creo) que su gran virtud es la flexibilidad para adaptarse a las expectativas y necesidades de cada uno/a, entonces “la mente” tiene mucho que hacer ahí también. Otra cosa es que te refieras a “la memoria”, que es otra cosa, que es un atributo más de los muchos que tiene “la mente”. Personalmente confío en mi mente, mi mente lo es todo para mi… pero desconfío en gran medida de mi memoria.
Tal vez me esté poniendo tiquismiquis (as usual) con los términos, pero creo que con el GTD hay que andar finos porque es un gran incomprendido, y parte de “la culpa” la tiene cómo se explica. Una cosa es que nuestra mente no sea “tan lista” como creemos, y otra que “lo único que tu mente es capaz de discernir es si un compromiso está gestionado o sin gestionar”. Eso es muy reduccionista. Si es cierto que está “diseñada para pensar”, debería poder hacer muchísimo más de lo que se le supone aquí. Siendo verdad que algunas personas “sobrevaloran la inteligencia de la mente”, también ocurre lo contrario, y a veces tengo la sensación de que el GTD con su estricta rotundidad juega con premisas que la devalúan, y no aceptan la posibilidad de una autogestión flexible basada en la intuición. Tampoco creo que la mente sea tan “puñetera”. En el ejemplo que pones, hay una altísima probabilidad de que paseando por un pasillo del supermercado, si veo la sección de pilas me acuerde que tengo que comprar esas pilas que tanto necesito. Lo raro sería que no se produzca esa conexión. El problema está en que es también bastante probable de que tendría que pasar por esa sección para acordarme, así que lo mejor que puedo hacer es llevarme una nota con mi “lista de compra”, como siempre hago, porque “mi mente”, que es tan lista, me dice: “oye, Amalio, no confíes en exceso de tu memoria que es puñetera”.
Por cierto, si buscas “mente” en Wikipedia creo que mi comentario va a quedar más claro: http://es.wikipedia.org/wiki/Mente.
Un abrazo, maestro!!

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Estoy de acuerdo con todo lo que comentas, Amalio. Uno de los retos que plantea explicar GTD es simplificar conceptos que no son particularmente sencillos, como por ejemplo "mente". El caso es que tampoco es memoria, así que no resulta sencillo. Sería la "parte de la mente que se encarga de tomar decisiones cotidianas sobre la marcha"...

GTD defiende que el aumento de la productividad resulta de a) elegir mejor qué hacer y qué no hacer y b) una vez tomada la decisión, hacer lo que has decidido con atención plena hasta terminarlo.
La premisa de la que parte GTD es que la calidad del proceso de toma de "decisiones cotidianas" es muy pobre y ello incide en nuestra [baja productividad]. La sensación "no he parado en todo el día y no he hecho nada", que ha experimentado casi todo el mundo, corrobora esta afirmación.

Es pobre, entre otras razones, porque decidimos de forma reactiva ante eventos, porque confiamos en exceso en nuestra memoria a corto plazo, porque solemos tener que decidir bajo presión y porque al decidir solemos hacerlo con información parcial y muy limitada.

Lo que propone GTD es que construyamos un sistema externo fiable que aumente la efectividad de nuestra toma de decisiones. Para ello, el sistema no solo debe ser completo (contener todos tus compromisos), relevante (mostrarte en cada momento solo lo que puedes hacer en función de las circunstancias) y actualizado (por razones obvias), sino que debemos pasar a tomar decisiones debe ser proactiva, es decir, no como respuesta a eventos sino desde el "mapa de opciones" que es ese sistema externo.

Un abrazo, maestro!

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Amalio Rey


Joder, esto va a misa... lo copio, imprimo y pongo en la pared de mi despacho con puntaje 80:

"GTD defiende que el aumento de la productividad resulta de a) elegir mejor qué hacer y qué no hacer y b) una vez tomada la decisión, hacer lo que has decidido con atención plena hasta terminarlo"

Mejor explicado imposible. Más allá de la productividad, creo que es la Ley Nº1 del Buen Vivir...
un abrazo

Juanjo Brizuela avatar
Juanjo Brizuela


Más claro, agua. Me quedo (y coincido con Amalio) en esta estupenda y clara frase:
“GTD defiende que el aumento de la productividad resulta de a) elegir mejor qué hacer y qué no hacer y b) una vez tomada la decisión, hacer lo que has decidido con atención plena hasta terminarlo”

Necesito profundizar en esto del GTD, José, para ver si organizo mejor mi caos…

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Gracias Juanjo. Y ten cuidado si profundizas, porque "engancha".., ;-)

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