Óptima Infinito

El Blog de José Miguel Bolívar

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Troyanos 2.0: Mucho más que Intraemprendizaje

| tiempo de lectura 3:06'
trojan horse, cortesía de Hugo M. Pereira

Los INprendedores y el intraemprendizaje en general están de moda. Es más, parecen estar bien vistos por el sistema y cuentan con el apoyo de numerosas voces de prestigio e importantes instituciones. Lo siento, pero algo no me encaja. Cualquier movimiento apoyado masivamente por el establishment me parece sospechoso…

A lo mejor me estoy perdiendo en matices semánticos pero hay ciertos oximorones que me cuesta digerir. Recursos humanos e inteligencia militar son dos de estos oximorones clásicos. INprendedor podría ser el tercero.

Porque, ¿qué es en realidad esto del intraemprendizaje? ¿qué es un INprendedor? No está claro pero, por lo que he podido leer, intraemprender es lo que yo esperaría como comportamiento natural de cualquier trabajador del conocimiento con un mínimo de inquietud vital, curiosidad y compromiso profesional. Que la enorme capacidad desmotivadora de las organizaciones, expresada a través de la incompetencia manifiesta de muchos mandos intermedios, acabe neutralizando esta actitud natural, es otra historia.

Si lo referimos al contexto de las organizaciones actuales, intraemprendizaje podría ser la expresión máxima de la resiliencia. A diferencia de la multitud zoombie que puebla hoy día las organizaciones, los INprendedores aún tienen sangre caliente corriendo por sus venas. Intraemprendo luego existo. Eso está bien. No nos vayamos a poner negativos de más.

Pero yo personalmente prefiero a los troyanos. La primera vez que oí el concepto en el contexto organizativo fue a mi colega y amiga @Odilas, una auténtica troyana. Los troyanos no son héroes caídos que sobreviven gracias a su resiliencia. Simplemente no la necesitan. Los troyanos tienen tal nivel de convicción en lo que deben hacer, para qué y cómo deben hacerlo, que simplemente actúan y ponen en práctica aquello en lo que creen, pase lo que pase.

Dice la PNL que hay personas de Afrontar y personas de Eludir. El troyano es definitivamente una persona de Afrontar. Prefiere pedir perdón, llegado el caso, que pedir permiso. No busca convencer, influir, animar, reunir adeptos… Simplemente hace lo que hay que hacer.

Los troyanos son los auténticos motores del cambio en las moribundas organizaciones de hoy día. Son de hecho su única esperanza. Personas anónimas, a las que me refería en un post reciente, que tienen el valor suficiente para contribuir al cambio de forma activa.

Sí, es cierto. El panorama económico actual no está para grandes alegrías y no todo el mundo puede ser un troyano. ¿O sí? No hacer nada es una actitud extremadamente cómoda. Tu jefe, tu empresa, tus compañeros, tu situación personal… Todo son buenas excusas para no hacer nada. Los pactos de incompetencia dan lugar a situaciones muy cómodas pero que no os ayudan en nada ni a tu organización ni a ti.

¿Qué es lo peor que te podría suceder si empezaras desde ya a hacer algo útil por tu organización, aunque fuera al margen de las políticas, procedimientos, normas y directrices habituales? Aunque no lo creas, tu jefe no es tan malo. Un error común es atribuir a la maldad hechos o decisiones que en realidad son fruto de la incompetencia, cuando no de la estupidez. Si tus resultados superan las expectativas más optimistas, nadie abrirá la boca ni moverá un dedo.

Por eso creo que intraemprender no es suficiente. Ya no. No tiene sentido derrochar fuerzas y tiempo luchando contra los dinosaurios organizativos. Es un proceso lento y agotador. Ha llegado la hora de la guerra de guerrillas. Si crees que algo es bueno para tu organización, para tus clientes, para tus compañeros… Simplemente hazlo.

Aunar voluntades, convencer, conseguir aprobación… Todo eso está muy bien en condiciones normales. Pero ahora es demasiado tarde. Ya no queda tiempo. Muchas organizaciones avanzan en línea recta hacia el desastre y la desaparición, aunque no se hayan dado cuenta.

Hay mucho potencial y mucho talento en las organizaciones. Asustado. Decepcionado. Inmóvil. Hay que lograr movilizarlo, que pase a ser parte de la solución y no del problema. Y eso lo consigues dando ejemplo. Por eso los troyanos son la última esperanza, los únicos capaces de hacer lo que hay que hacer. Porque cuando el sistema entero falla, la única salida es la revolución.

Yo conozco personalmente a algunos troyanos, a los que admiro: Andrés, Julián, J. Ramón, David, Javier, Alfonso… Pero sé que sois muchos más. Va por todos vosotros!

Comentarios

davidrjordan avatar
davidrjordan


Magnífico post José Miguel!
Ahora que ya había conseguido que acepten mi "cargo" como "INprendedor Público" porque el nombre de mi puesto hace tiempo que dejó de representar lo que hago, vas y me abres los ojos... ¡Qué estoy diciendo!! No quiero ser un INprendedor, quiero ser un Troyano!! Es más, creo que ya lo soy ;)

José A. Latorre avatar
José A. Latorre


Pues nada David, después de leer este gran post de José Miguel Bolivar, hay que cambiarse el nombre ;-)...

"funkzionatas troyanos" quizá?

Pues eso...no me llames IMprendedor, llámame troyano!!

Un abrazo

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Muchas gracias, David. Seguro que ya lo eres. Enhorabuena y mucho ánimo!
Un abrazo

Alfonso Mazariegos avatar
Alfonso Mazariegos


Muchas gracias José Miguel, un grandísimo de artículo para coger fuerzas y tirarse al monte con los pocos valientes que aún quedan.

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Muchas gracias, Alfonso. La convicción es más importante que la cantidad... ;-)
Un abrazo

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Eneko


Gracias por el post!! Muy interesante :-)

Creo que muchas veces nos perdemos en la semántica y en meter en el mismo saco (en este caso concepto)realidades y experiencias que no se parecen mucho. He tenido la suerte de colaborar con varias empresas (mejor dicho, personas) en reflexionar y soñar en cambiar las organizaciones. Uno de los temas, sin duda era el de recuperar la pasión de los trabajadores y equipos, y como vehículo contemplábamos el intrameprendizaje. Lo que menos me importa es como llamarlo. La verdad es que comparto completamente tus reflexiones, y ese espíritu troyano !! Te dejo un humilde post haciendo referencia a como entiendo el intremprendizaje y relacionándolo con un libro de Simon Sinek- http://kcy.me/ch2u

Gracias y animo!

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Reflexionar y soñar en cambiar las organizaciones es necesario y está muy bien. Pero no es suficiente. Creo que hay que ir un paso más allá y asumir riesgos a nivel personal. El propósito es clave pero requiere de la acción.
Muchas gracias por la referencia de Sinek.
Un saludo

Gabriel Navarro avatar
Gabriel Navarro


Comparto la globalidad del planteamiento que haces en este interesante post, pero quisiera hacer unas leves puntualizaciones.

La primera es que la intención constructiva de incorporar metáforas y términos que se utilizan en el ámbito de la psicología para profundizar o buscar mayores detalles que expliquen determinada clase de conducta puede llevar a confundir parcialmente esos conceptos esenciales. A mi modesto entender, una cosa es la resiliencia como proceso dinámico que tiene por resultado la adaptación positiva en contextos de gran adversidad, y otra cosa es lo que se entiende por "intraemprendizaje", un "palabro" que siempre me ha suscitado dudas en su definición, pero que está bastante bien definido, entre otros, por @jmegias . Según mi opinión, puede darse un caso de comportamiento "resiliente" exitoso, y lograr el individuo salir reforzado o airoso de un contexto de estrés permanente, pero sin provocar un cambio en la organización tal y como relatas en tu artículo. Se trataría de una condición necesaria pero no suficiente para provocar dichos cambios.

Creo que lo que se debería, fundamentalmente, es potenciar los escenarios de intraemprendimiento, tal y como señala @jmegias en: http://javiermegias.com/blog/2012/10/intraemprendimiento-futuro-de-la-empresa-emprender/ y ahí está en juego la habilidad y voluntad de los individuos (rompiendo, p. ej. ese "pacto de incompetencia") como el campo de juego, y las "lagunas" que ofrezca o permita la institución como tal.

La metáfora de los Troyanos es tremendamente ilustrativa como modelo, pero quizá la estrategia vaya por otro camino. Como es el caso de la concepción de los "Ratones de Troya". En términos de Lekuona para conseguir cambios organizacionales se trataría de: Escuchar y contar historias, darles sentido (“sense making”) y diseñar intervenciones de cambio, puntuales y acumulativas (“ratones de Troya”).

Los Ratones de Troya son cambios pequeños bien centrados, que se introducen sobre la marcha de un modo no llamativo. Son suficientemente pequeños para ser entendidos y apropiados por todos los implicados pero sus efectos pueden llegar muy lejos. Colectivamente, unos pocos ratones troyanos pueden cambiar más de lo que un Caballo de Troya nunca podría.

Además de identificar las interacciones (y potenciarlas para superar las comunicaciones unidireccionales) se necesita cierto análisis político del funcionamiento de la organización. Pero las claves fundamentales residen (según Lekuona) en cambiar las interacciones que merman la eficacia de la organización, con la mejora de nuestras propias interacciones con los demás actores de la situación – autocontrol, clarificación de valores, aprendizaje colectivo, escuchar y contar historias de lo que acontece y provocar otra clase de narrativas al respecto.
Y también en ir creando un itinerario –personal y organizativo- del desarrollo de redes sociales/sistemas adaptativos complejos a partir del andamiaje de las jerarquías burocráticas.

Aunque estas circunstancias se observen en todo tipo de organización, quienes trabajamos en la administración pública hemos percibido en múltiples ocasiones las dificultades de superar la burocracia, los límites del marco político para facilitar procesos de cambio profundos en la interacción abierta y transparente con los ciudadanos y los obstáculos para el cambio de mentalidades en parte de los empleados públicos.

Por eso no cesamos de defender, aunque sea con la estrategia de "ratones de Troya" otras formas de entender nuestra labor como servicio público: http://funkzionatas.wordpress.com/manifiesto/

Un cordial saludo, y gracias por este estimulante post José Miguel.

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Muchas gracias, Gabriel. Creo que mis reflexiones trascurrían más en el plano "micro". Muchos profesionales "saben" qué tendrían que hacer para que ocurrieran cosas "necesarias" que acercaran la situación actual a la "deseada". Si estamos de acuerdo en esto, mi propuesta sería responder a la propuesta "¿cuál sería el primer paso que tienes que dar tú, ahora, en las circunstancias en que te encuentras y con los recursos de que dispones, para avanzar un paso hacia esa realidad deseada?" y, respondida la pregunta, darlo. Si todas las personas de las organizaciones hicieran esto, el cambio se iniciaría y sería imparable. Estoy convencido.
Muchas gracias por participar.
Un abrazo

Juanjo Caba avatar
Juanjo Caba


José Miguel el post me ha parecido muy interesante y estimulante, aunque disiento en algunas cosas.

Creo que el INprendedor y el Troyano son dos caras de la misma moneda. El Troyano es un rebelde con causa en organizaciones que permiten la rebeldía. Puede provocar cambios a través de catarsis. El INprendedor busca espacios no ocupados en las organizaciones, vacíos que intenta ocupar, localiza las grietas del sistema para introducirse. El INprendedor propone, convence y arrastra.

Ambos tipos son revolucionarios, aunque se trate de diferentes formas de entender la revolución. La del INprendedor es silenciosa, pausada pero que cala en las organizaciones y provoca cambios. Se trata de dos actitudes con el mismo fin.

El post me ha encantado y, por lo que veo en otros comentarios, ayuda a la reflexión... pero yo sigo queriendo ser INprendedor.

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Muchas gracias, Juanjo. Yo también creo que son dos actitudes con un mismo fin aunque con distinto énfasis. No veo sentido a perderse en matices semánticos ni creo que los INprendedores sean peores que los troyanos. Simplemente creo que ya no es suficiente ser INprendedor para provocar el cambio necesario. Evidentemente no todas las organizaciones permiten la misma libertad de movimientos pero, por poner un ejemplo claro, para mí la diferencia entre un INprendedor y un troyano es que el primero "juega" dentro de los límites de lo permitido y el troyano "juega" en el mismo límite.

Andrés Ortega avatar
Andrés Ortega


Querido José Miguel,
No sé si agradecerte el post o matarte por delatarme :-)
Lo he leido un par de veces...podría decir que para comprenderlo mejor...pero en realidad ha sido para disfrutarlo doblemente.
Creo que en el fondo al Troyano, le importa poco que le consideren como tal... ni se enorgullece, ni se estigmatiza, sencillamente dice y hace... trabaja con principios férreos, claros, nítidos en los que cree, más allá del tamaño organizativo, de su estructura, de las resistencias, de las excusas, en definitiva. El target (su convicción) siempre está ahí...en el horizonte. Pero no es un kamikaze. El ecosistema le ha enseñado a ser un estratega... para llevar a cabo su convicción porque sabe que es lo correcto. Eso le permite ser imprendedor, intraemprender o disfrazarse en carnavales si es preciso, siempre bajo la ética que guia sus acciones.
No se considera un superviviente organizativo ni una especie en extinción. El troyano sobretodo se caracteriza por hacer... y por su capacidad para identificar a otros troyanos... conocedor de que en ellos reside la capacidad de alterar el status quo para alcanzar los resultados.
Gracias por guiar el caballo
Un abrazo
Andrés

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Casi mejor lo primero ;-) Excelente descripción de alguien que sabe de lo que habla. Muchas gracias por compartir objetivo.
Un abrazo

Guillermo Yáñez avatar
Guillermo Yáñez


La semana pasada, cuando iba a presentar al "Hueco" un centro de co-working un proyecto de inprendimiento, me enteré que era un "mandril" (por tener el culo pelao´) de 42 años, lo cual me gustó.

Esta semana me enteró de que además de funcionario, mandril e inprendedor en un medio hostil, soy un troyano. Y esto también me gusta.

Es más en el encuentro de emprendedores me hablaron de "los troyanos"

Buena opinión, me la guardo.
Pd.: Me recuerda al discurso de Morfeo a los ciudadanos de Zion (Matrix 1), creo que es necesario todas los sentimientos.
Un saludo, Guillermo.

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Muchas gracias, Guillermo. Si te he recordado al discurso de Matrix, algo he hecho bien :-))
Un saludo

Indigune avatar
Indigune


He disfrutado leyéndolo. Gracias.

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Muchas gracias a ti, por leerlo y participar.
Un saludo

Isabel avatar
Isabel


"Simplemente hazlo"
Y en condiciones normales tampoco debería ser necesario emplear tanto tiempo en aunar voluntades y convencer. Igual tiene mucho que ver con lo que nos ocurre ahora. Me ha gustado mucho lo del pacto de incompetencia :)

Saludos!

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No debería ser necesario pero el talante negociador mal entendido degenera en evitación de responsabilidades. Algunas de las organizaciones más paralizadas que he conocido lo estaban precisamente por tener una cultura fuerte de consenso. Creo que hay que saber escuchar la discrepancia pero no necesarimente evitarla. En ocasiones se trata simplemente de integrarla, cuando se puede, o incluso ignorarla, según el caso, para poder avanzar.
Saludos

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Isabel


Coincido plenamente, creo que hay un tremendo potencial en la discrepancia. Igual que en las fronteras. No soy nada partidaria de la cultura del consenso y del café para todos. La diferencia es un valor. Lo que sí podemos (debemos) es aprender a aprovechar lo que nos ayude a entender y avanzar en la diversidad. Y en tiempos como este, no se puede desperdiciar energía. Estupendo post. Gracias José MIguel.

Amalio Rey avatar
Amalio Rey


Estupendo artículo, JM.
En mi opinión no habría que contraponer los dos conceptos. Un "troyano" es tambien un "INprendedor", si éste último es de verdad un "emprendedor por cuenta ajena", que es como se define. Si (por definición) para ser "INprendedor" hay que ser "emprendedor", y esto como sabes significa: 1) Asumes riesgos por encima de la media, 2) Buscas decisiones innovadoras, fuera-de-la-caja, 3) Eres perseverante, y vas hasta el final cuando te propones algo... entonces, estas "haciendo revolución".
Es más, pienso que los dos conceptos son mutuamente necesarios, y te explico por qué. Lo mejor que nos puede ocurrir es que "el sistema acepte y bendiga la figura del INprendedor", porque es la única condición para que "encaje" el "troyano". A ver, ¿Qué es un "troyano"? => Pues algo o alguien "que entra de forma legítima e inofensiva" en un sistema para después transformarlo o destruirlo". Como ves, igual que el Caballo de Troya, tiene que ser algo "aparentemente agradable" para que pueda "entrar en el sistema", así que la figura del INprendedor, bien asumida por las organizaciones, es la condición de entrada.
Si eso se rechazara, no tendríamos "troyanos" porque "el caballo" no entraría jamás.
Así que ahí tienes, amigo José Miguel, "el encaje" que estabas buscando: Para que haya más "troyanos", necesitamos que prospere la moda de los "INprendedores". Ambos se necesitan :-)

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Muchas gracias, maestro. Coincido contigo. Un troyano es un INprendedor de siguiente nivel ;-) De acuerdo con esto, es totalmente cierto que, para que haya más "troyanos", necesitamos que prospere la moda de los "INprendedores", ya que estos últimos son el caldo de cultivo del que surgen normalmente los primeros.
Mis comentarios iban más hacia los INprendedores de nivel 0. Yo entiendo que cualquier empleado en cualquier organización del conocimiento de hoy día debería tener un mínimo de "INprendedor" para poder ser parte de ella. Ese umbral de "INprendizaje" es para mí algo tan obvio que lo doy por descontado. Yo mido el "INprendizaje" a partir de ahí. En otras palabras, si por simplicidad agrupamos en tres niveles, estaría el nivel 0, que es el "INprendizaje" mínimo aceptable; el nivel 1, que es lo que se debería llamar "INprendedor"; y el nivel 2, que es el "Troyano". Para mí, la diferencia principal entre el nivel 1 y 2 es que el 1 es "system compliant" y el 2º no, es decir, el primero "INprende" dentro de unas reglas definidas o, incluso, rebasando esas reglas un poco de forma ocasional, mientras que al "troyano", las reglas impuestas le importan un pimiento :-) (escribiendo esto me doy cuenta de la "guerra" que he debido dar estos años anteriores a muchos de mis jefes :-D)

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