Óptima Infinito

El Blog de José Miguel Bolívar

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Adiós para siempre al Puesto de Trabajo

| tiempo de lectura 4:11'

El concepto original de puesto de trabajo tiene su origen en el taylorismo, método de organización del trabajo que cumplirá un siglo en pocas semanas.

El significado inicial con el que se acuñó este término pierde, en el contexto actual de la economía del conocimiento, buena parte de su razón de ser y obliga, al igual que sucede con el resto de la jerga del management tradicional, a una profunda revisión del mismo.

El puesto de trabajo es un elemento fundamental del modelo de organización burocrático, ya que es el resultado de aplicar los principios de la división del trabajo.

En sus orígenes, el puesto de trabajo era la estructura básica idónea alrededor de la cual desarrollar una estructura organizativa más amplia. Los puestos de trabajo se podían agrupar cómoda y fácilmente utilizando diversos criterios y con diversos fines.

Así, por ejemplo, los puestos de trabajo se podían analizar y comparar si se agrupaban según la función que desempeñaban en la organización: Finanzas, Ventas, Soporte, Recursos Humanos… También se podía hacer un ejercicio similar agrupándolos en familias: Directivos, Técnicos, Administrativos…

Todas estas formas de agrupar puestos de trabajo permitían, entre otras cosas, realizar tareas relativamente complejas de forma simple y masiva, como por ejemplo, definir competencias o requisitos técnicos o de experiencia para cada grupo de puestos de trabajo.

También servían para poder llevar a cabo valoraciones de puestos, es decir, asignar a cada puesto de trabajo una banda salarial en función de lo que, siempre teóricamente, vale en el mercado.

Y además servían para poder identificar perfiles, es decir, el contenido teórico ideal de un puesto de trabajo determinado.

De forma indirecta, estas agrupaciones de puestos de trabajo servían además para gestionar el rendimiento, identificar necesidades formativas y motivar y retener a los profesionales, con la promesa de disfrutar de una larga y próspera carrera profesional en la organización.

Pero todo esto parte de la premisa de que el puesto de trabajo es algo relativamente permanente y estable. Se entiende como un contenedor de capacidades, habilidades y experiencias en cantidades concretas y determinadas para abordar idóneamente una serie de tareas predefinidas.

En consecuencia, la descripción tradicional de puesto de trabajo es un compendio de tareas más o menos minuciosamente detalladas que intenta reflejar el día a día de la persona que ocupará dicho puesto. Esto, que hasta cierto punto puede ser posible y tener sentido en una cadena de montaje, o en posiciones administrativas muy burocratizadas, no deja de ser una quimera sin sentido cuando intentamos aplicarlo a trabajos del conocimiento.

De hecho, un test rápido y sencillo para averiguar el estadio evolutivo en el que se encuentra una empresa en materia de gestión de personas es echar un vistazo a sus descripciones de puestos de trabajo. Cuanto más granular sea la estructura y más detalladas las descripciones de puestos, más atrasada está la organización.

Juan Soto, un adelantado a su tiempo, afirmaba hace casi 20 años que en el trabajo del conocimiento lo que importa no son los continentes sino los contenidos. Juan decía que cada empleado configura su puesto de trabajo, agrandándolo o empequeñeciéndolo, con su quehacer diario. No es de extrañar por tanto que las descripciones de puestos de trabajo en HP fueran algo realmente genérico hace ya una década, siendo más un lienzo que un cuadro.

Y es que a día de hoy cada vez es más absurdo hablar de puestos de trabajo, sencillamente porque la naturaleza del trabajo ha cambiado. El trabajo ya no es previsible en el grado que lo era antes y lo que tiene sentido ahora es hablar de proyectos.

Pero no proyectos en el sentido grandilocuente con que habitualmente se habla de ellos sino proyectos desde una perspectiva más cotidiana aunque también más amplia. La principal diferencia es que desaparecerá la exclusividad, al menos como requisito habitual. Ahora las personas deben comprometerse en exclusiva con un único cliente: su empleador. Eso va a desaparecer. Seguro. Es sólo cuestión de tiempo.

En un futuro muy próximo, un proyecto podrá ser llevar la contabilidad de una empresa, o de varias. También podrá ser gestionar grandes cuentas para varias empresas que no son competencia entre sí. En general, serán profesionales prestando servicios a profesionales o a organizaciones.

En todos los casos será una relación profesional-empresa mucho menos asimétrica que la actual. Superar el monólogo empresarial dominante para dejar paso a un diálogo entre marcas-empresa y marcas-personales que buscará resultados ganar-ganar. Una oportunidad para resolver los problemas causados por la excesiva especialización, atomización y falta de sentido de los puestos de trabajo de hoy mediante la recuperación de la autonomía y de la responsabilidad perdidas.

El outsourcing que tanto ha evolucionado en los últimos años es simplemente un adelanto de todo esto, sólo que ahora son organizaciones prestando servicios a organizaciones y en el futuro serán profesionales prestando servicios, a través de proyectos, tanto a otros profesionales como a organizaciones.

Ya no tendrá sentido hablar de perfiles porque los perfiles pasarán a ser algo mucho más complejo, rico, variado y dinámico. La gente aprenderá a aprender durante toda la vida y, en consecuencia, su perfil estará en constante evolución.

Todos estos cambios van a tener enormes consecuencias, muchas de ellas aún imprevisibles aunque las podamos intuir. ¿Cómo cambiará el mercado de trabajo? ¿Cómo evolucionará la remuneración de los profesionales? ¿Cómo se transformarán las empresas? ¿Qué papel jugará la meritocracia?

Habrá que ir dando respuesta a todas ellas y a otras muchas que, sin duda, seguirán surgiendo.

Pero, por ahora, lo que importa es entender que el puesto de trabajo tal y como lo conoces ha muerto y que sólo falta darle sepultura.

Son los albores de la Tercera Revolución Industrial. Es el adiós para siempre al puesto de trabajo.

Comentarios

Paulino avatar
Paulino


Gran entrada una vez más José Miguel!!

La lógica de desarrollo de acontecimentos que dibujas es difícil de rebatir, aunque creo que tendrá que pasar algún tiempo, para que lo que planteas en este post se consolide.

La Marca Personal, está muy verde todavía, Andrés (Pérez Ortega) y otros , tienen mucho trabajo por delante para que estos conceptos comiencen a extenderse.

Un sector como el de la Educación, en el que encaja perfectamente el perfil del trabajador del conocimiento que tú describes, es reacio a modificar casi nada y menos el estatus afuncionariado de sus profesionales para pasar de la "nómina a la factura".

Gracias y un saludo!!

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Muchas gracias, Paulino. Coincido contigo en que tendrá que pasar algún tiempo, aunque creo que será menos del que pensamos. En cualquier caso, lo que me parece importante es la tendencia. Estamos en un cambio de época y muchas instituciones como la Educación, pero también la Política o la Justicia, experimentarán cambios profundos. Podemos intuir el qué aunque no tanto el cuándo.

Un saludo!

Jose Rosado avatar
Jose Rosado


Un gran post lleno de previsiones que considero acertadas al 100% aunque si bien es cierto que parece ser el desarrollo lógico de las cosas hasta el momento los profesionales independientes o actuales autónomos lo están pasando realmente mal al carecer de recursos para aguantar los envites de la crisis, además encuanto a proyectos independientes se refiere, encontrar financiación es casi hacer magia, por lo que aunque como bien dices es claramente el futuro del empleo, va a hacer falta mucho coaching para ayudar a profesionales en paro a reciclarse y entender las nuevas formulas que ofrece el mercado.

Siento el rollo y enhorabuena por el post

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Son momentos indudablemente complejos. Lo antiguo ya no sirve y lo nuevo aún no está claramente definido. Nos ha tocado vivir en un momento de colisión entre dos Eras, la Industrial y la de la Información. El proceso de cambio no será sencillo pero, en mi opinión, es imparable. Venimos de un paradigma de castas de conocimiento en el que "los que saben" dicen qué hacer a "los que no saben". Hoy la situación es distinta. El conocimiento técnico está fácilmente accesible para todos sin necesidad de intermediarios. Y "el que sabe" sobre lo que te mueve, tus recursos y tus capacidades eres tú, no ningún experto. Si aceptamos esta nueva realidad, lo que hacen falta no son gurús que nos digan qué hacer sino coaches que nos ayuden a descubrirlo.

JC avatar
JC


Coincido en que la concepción del puesto de trabajo ha variado mucho en los últimos años (menos en las dependencias públicas :). No obstante el perfil de una persona siempre varió, por supuesto en la medida de su capacidad de evolucionar. Algunos tal vez no lo vieran, pero quien se haya quedado demasiados años haciendo siempre lo mismo era el único que podía presentar un perfil estático.

Lo que si ha cambiado es el perfil productivo de nuestras sociedades, con una estructura de producción de bienes desplazada fuertemente hacia los países asiáticos por cuestión de costos. Así, el mercado de trabajo se fue desarrollando más en la dirección de la venta de intangibles como los servicios en contraposición a la venta de productos hechos de materia que podemos tocar. Y un grave problema es que mucha gente piensa el mundo del trabajo en función de una economía que no existe más.

Saludos

JC

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Ese es el problema. Hay quienes siguen pensando que la situación actual es algo coyuntural que simplemente se está alargando más de lo previsto. Pero es mucho más. No es sólo una crisis económica sino un cambio de modelo productivo. Y el primer paso para poder adaptarse a la nueva situación es reconocerlo.

Saludos,

Ergow avatar
Ergow


Aunque estoy de acuerdo en el planteamiento de que en la Sociedad del Conocimiento la estructuración de funciones en puestos de trabajo queda cada vez más obsoleta, te comento que creo que es demasiado pronto para decir adiós a esta clasificación.

Piensa que nuestra normativa laboral obliga a que la empresas clasifiquen sus actividades empresariales por puestos de trabajo para poder realizar una evaluación correcta de los riesgos laborales asociados a los mismos.

En el caso de los trabajadores del conocimiento no es diferente, y deberá continuarse realizando, aunque las necesidades del por qué, sean distintas a las de la organización científica del trabajo. Cada vez más, las estructuraciones de puestos de trabajo se realizan por criterios de Seguridad y Salud, cobrando especial relevancia los factores psicosociales del trabajo.

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Sí, la normativa laboral es uno de esos anacronismos históricos difíciles de entender. Pero también cambiará, de eso no me cabe duda. No podemos seguir rigiendo el mundo del siglo XXI con Derecho Romano. Las cosas han cambiado mucho y arriesgamos demasiado como para permitirlo.

Un saludo,

Cruzygalan avatar
Cruzygalan


Creo que hay empresas que ya caminan en la dirección que indicas en tu post, pero por otro lado hay otras que están ancladas en el pasado. ¿Y que me dices de los funcionarios? ¿como aplicas todo esto a la administración?
Va hacer falta cambiar mucho el chip.

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Mucho, mucho. El modelo de administración burocrático que tanto gustaba a Max Weber va necesitando una profunda revisión. Supongo que ya habrá sociólogos trabajando en ello. Es un área muy interesante en la que también habrá cambios profundos, aunque reconozco que aún no he dedicado tiempo suficiente a reflexionar sobre ello.

Un saludo,

Fernando Ruiz avatar
Fernando Ruiz


Excelente entrada, en la que empecé con nostalgia y rebledía (¿cómo se va a acabar el "puesto de trabajo"?) para terminar con mis argumentos en contra demolidos por el excelente análisis. En su lugar, me quedo con cierta inquietud y bastante esperanza.

¡Y eso que en mi profesión casi nunca existieron los "puestos de trabajo"!

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Muchas gracias, Fernando. Yo también creo que hay mucho espacio para la esperanza porque oportunidades no van a faltar.

Un saludo,

David avatar
David


La competitividad de la globalización nos lleva a un escenario mas parecido al expuesto que al actual (obsoleto y caduco). Sin embargo, al igual que deben existir pobreza para que haya riqueza, creo que seguirán existiendo puestos de trabajo "pobres" que serán necesarios para exista esa clase social de nuevos trabajadores en el modelo que se plantea (no hablo de pobreza o riqueza económica, sino de conocimiento). Creo que dependerá del camino que siga cada profesional, pues en esta sociedad todos tenemos la herramientas para evolucionar.

Un post con mucho contenido para analizar (a favoritos va...) :-)

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Parece que uno de los cambios en los que estamos sumidos es el de la progresiva erosión de las clases medias. Al margen de cualquier valoración, esto significa que en el futuro habrá trabajos precarios que requieran mano de obra barata para tareas no fácilmente sustituible por máquinas y luego un trabajo de valor añadido directamente relacionado con el conocimiento. La naturaleza social e integradora de la empresa se está desintegrando y vamos hacia una meritocracia feroz. No es un panorama atractivo pero me temo que es lo que hay. Mucho, mucho por analizar. Sigo con ello... :wink:

JOSE LUIS MONTERO avatar
JOSE LUIS MONTERO


Jose Miguel
El puesto de trabajo, efectivamente, se diluye poco a poco frente al imperio de la flexibilidad y, en consecuencia, las estructuras verticales del taylorismo deben convivir, al menos, con estructuras radiales.
Un saludo

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José Luis, creo que estamos inmersos en un proceso de transición en el que, como bien apuntas, tendrán que convivir dos realidades durante un tiempo. Lo importante es distinguir cuál de los dos mundos es el real, entendiendo por real aquel al que nos dirigimos en contraste con el que abandonamos.

Un saludo,

Juan Seguí avatar
Juan Seguí


Gran artículo José Miguel. Estoy totalmente de acuerdo, creo que el actual sistema está anticuado y debe cambiar, seguro que dentro de unos años (esperemos que no sean muchos) estamos ante un nuevo modelo!!

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Muchas gracias, Juan. Esperemos que no sean demasiados. Supongo que serán más de los que algunos querríamos y menos de los que imaginan otros :-)

Un saludo,

Rafael avatar
Rafael


En efecto el concepto de puesto de trabajo ha evolucionado mucho; ademas, han aparecido otras formas de trabajo efectivas, pero creo que mas que sustitutivas, enriquecen las opciones de servicio ha contratar.

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Yo también lo veo así. No creo que el trabajo como lo conocemos actualmente desaparezca por completo a medio plazo pero sí que habrá otras formas de trabajar que dejarán de ser minoritarias.

Un saludo,

Avalon avatar
Avalon


Acabo de publicar la reflexión que me inspiró tu estupendo artículo, la puedes ver en http://tribunaavalon.blogspot.com/2011/12/muerte-del-puesto-de-trabajo.html
Me permito citar tu artículo para mejor comprensión del tema.
Un saludo
Avalon

David Cerro avatar
David Cerro


Muy bueno el artículo. Intentando aplicarlo en mi empresa, y sobre todo intentado hacer comprender a los trabajadores de mi empresa que son marcas-personales y tienen que generar valorar para su propia marca, y ese valor será al mismo tiempo el valor de la empresa, por contar con ellos.

Damián avatar
Damián


Pues yo no lo veo tan claro: puede que existan algunos trabajos de índole tan abierta, tan creativa, tan intelectual, que se les pueda aplicar fácilmente el "nuevo modelo". Pero la inmensa mayoría de trabajos, incluso en el área del conocimiento, incluyen cierta dosis de trabajo mecánico, rutinario, repetitivo, poco agradable, o peligroso (trabajo: del latin "trepalium", instrumento de tortura). Creo que por tanto el "taylorismo" no desaparecerá, ni siquiera a medio plazo, ni siquiera en trabajos intelectuales.
Como ejemplo: soy médico, y sólo parte de mi trabajo es "abierto". Vienen pacientes y les tengo que atender. No puedo tener mi consulta en cualquier momento: ha de ser en determinados momentos, y de un tipo determinado. Tengo que atender determinadas urgencias unos días sí y otros no (hay que repartir faena). Hay reuniones a las que hay que ir. Hay que rellenar aburridas peticiones.
Claro que hay una parte de mi trabajo que sí es abierto(ej: investigación, docencia, parte de la asistencia), pero sólo es una parte, y por tanto vivo y creo que viviré hasta que me muera con cierto "taylorismo".

Jose|empleo joven avatar
Jose|empleo joven


Muy de acuerdo con el último comentario, según sectores esto ya se está produciendo. Por ejemplo en el sector de nuevas tecnologías, donde es común que se contraten distintos perfiles según el proyecto. Si necesito un programador de HTML, hago una oferta y selecciono candidato, cuando termino el proyecto, adiós. Esto representa que el profesional no puede dormirse en los laureles y debe estar constantemente aprendiendo y reciclando. Pero lejos de ser malo yo creo que es algo bueno, sin empbargo necesitamos adaptarnos a esta situación.

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