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Liderar es Gestionar el Espacio en Blanco

| tiempo de lectura 2:36'

La expresión «espacio en blanco» o «white space» se utiliza en el mundo del management con diversos significados, aunque todos ellos con un fondo común de «indefinición» o «incertidumbre».

Por una parte, la expresión «espacio en blanco» puede referirse a las áreas que quedan entre las «cajas» de un organigrama o entre las distintas funciones en una empresa. A menudo nadie es formalmente responsable de ese «espacio en blanco», por lo que no es extraño que sea habitualmente una de las áreas de la organización con mayor potencial de mejora.

Por otra parte, el «espacio en blanco» se puede entender como un área de la organización a la que no llega la cultura de la empresa. Este tipo de «espacio en blanco» existe, en mayor o menor medida, en todas las organizaciones, aunque es más significativo en aquéllas donde las reglas no están claramente definidas, la autoridad es débil, los presupuestos están mal hechos, o no se cumplen, y la estrategia es confusa; es decir, en la mayoría.

El problema con estos dos tipos de «espacio en blanco» es que, si no se gestionan, pueden acabar degenerando hasta convertirse en un «agujero negro»; una «zona de nadie» que da lugar a innumerables problemas organizativos. Por eso, identificar y gestionar este «espacio en blanco» es una de las formas más eficaces de mejorar el rendimiento de los procesos en una organización.

Por último, el «espacio en blanco» que existe en toda organización se puede ver también como una oportunidad para pensar distinto, para probar y para aprender; una especie de refugio creativo dentro de la rigidez organizativa.

En este caso, la no gestión del «espacio en blanco» se traduce en un coste de oportunidad, en la medida que supone el desaprovechamiento de buena parte de la capacidad innovadora de de la organización.

Desde el punto de vista de una persona con un equipo a su cargo, la capacidad para gestionar el «espacio en blanco», en cualquiera de sus interpretaciones anteriores, es uno de los indicadores más fiables de sus verdaderas habilidades de liderazgo.

Gestionar el «espacio en blanco» no sólo significa tener que identificar y evaluar riesgos y oportunidades inusuales, sino que también implica tomar decisiones arriesgadas y asumir consecuencias imprevisibles. Por definición, en el «espacio en blanco» no hay precedentes a los que acudir, no sirven las normas ni las políticas de empresa y tampoco son aplicables las teorías, modelos o matrices de las escuelas de negocio o de las grandes consultoras.

El «espacio en blanco» deja al individuo la máxima libertad para expresar su auténtico potencial como líder. Saber gestionar dicho espacio requiere aplicar muchas de las competencias que se esperan en un líder y exige mantener en todo momento una actitud creativa y una visión global y sistémica.

Por eso, a la hora de detectar o evaluar la auténtica capacidad de liderazgo de una persona, una de las formas más rápidas, sencillas y fiables de hacerlo es observar cómo gestiona el «espacio en blanco» a su alrededor. Me refiero a enfrentarle cara a cara con el «espacio en blanco» y observar cómo reacciona.

Una persona con escasa aptitud para liderar rápidamente echará en falta algo o alguien que le ayude en su toma de decisiones y, al no encontrarlo, acabará paralizándose por el miedo a equivocarse.

Por el contrario, un auténtico líder aceptará las cosas tal y como le vienen dadas y encontrará una forma de gestionar la situación con los elementos disponibles.

El líder entiende que asumir riesgos y equivocarse es parte de su trabajo y prefiere pedir perdón a pedir permiso. Por eso es capaz de adentrarse por las sendas nunca antes transitadas del «espacio en blanco».

Comentarios

Julen Iturbe-Ormaetxe avatar
Julen Iturbe-Ormaetxe


A mí no me queda muy clara esta ¿invasión? de los "espacios en blanco". Quiero decir que veo más trabajar en crear condiciones para que esos espacios en blanco sean lugares donde la gente se sale (o no) de la norma pero donde se sienten con libertad para actuar sin un gran hermano que marque objetivos y acciones. Quizá es muy sutil lo que digo porque hablo de "no gestionar" esos espacios, sino de "dejar que existan". Piensa en la idea del tomate y la huerta: no actúas sobre el tomate sino sobre los elementos que lo rodean (tierra, agua, tratar de que no lleguen agentes dañinos...).
Feliz martes, José Miguel ;-)

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Comparto la propuesta de no gestionar los espacios en blanco en el sentido en que tú lo comentas. La idea de mi entrada no es en realidad la de regular o invadir los espacios en blanco sino la de no "quedarse en blanco", valga la redundancia, frente a ellos. La obsesión por la conformidad es tal que un buen número de personas no saben, literalmente, qué hacer cuando se encuentran con un espacio en blanco, no regulado. El mensaje que quería transmitir es "arriésgate, prueba, sé creativo, experimenta, aprende, diviértete y no te preocupes por si aciertas o no".
Feliz finde, Julen :)

Miguel de Luis avatar
Miguel de Luis


Hola José Miguel, ¿Y cómo se identifican los espacios en blanco? ¿Observando qué es a lo que todo el mundo tiene miedo

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Es una manera fantástica de identificarlos :-P

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Santiago


Muy interesante!.
como complemento, sugiero este artículo de Tate: http://bit.ly/iigtJM

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Muchas gracias, Santiago. La idea que quería transmitir es que hay que perder el miedo a los espacios en blanco en las organizaciones (de hecho habría que facilitar su existencia) y contemplarlos como oportunidad para irlas desregularizando, algo que entiendo como parte del cambio hacia la empresa-red-

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Alberto Blanco


José Miguel, me he detenido en el significado que das a los espacios en blanco como áreas de la organización a los que no llega la cultura de la empresa. Me parece que esos espacios pueden ser la mejor oportunidad que tiene una organización para trabajar la inteligencia colectiva, las ideas, la creatividad, la participación de las personas que trabajan allí, y de las que no, clientes, proveedores,...

Aprovechar los espacios en blanco para trabajar exclusivamente el liderazgo orientado a optimizar recursos, procesos, presupuestos, etc., puede ser necesario en algunos casos en los que la organización lo necesite para sobrevivir. Pero todos conocemos organizaciones en las que no se da esa situación de subsistencia y en los que gestionar esos espacios en blanco no tiene otro fin que el de tener un control aún mayor sobre personas y recursos.

Teniendo en cuenta que el concepto de cultura de la empresa cada vez es más cuestionado, ¿no será mejor utilizarlos como un papel en blanco en el que las personas puedan crear?

Un abrazo

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Estoy de acuerdo en que esos espacios pueden ser una gran oportunidad si se saben aprovechar. Por otra parte, para mí el liderazgo tiene muy poco o nada que ver con la optimización de recursos, procesos o presupuestos; yo creo que eso es gestión, no liderazgo.
Los espacios en blanco deberían aprovecharse para potenciar la autonomía individual y la creatividad de las personas. Son una oportunidad para evolucionar las tradicionales jerarquías hacia formas de organización más acordes con los tiempos y necesidades actuales; los espacios en blanco deberían ser el el caldo de cultivo en el que germinen los nodos de una red.
Un abrazo

Amalio A. Rey avatar
Amalio A. Rey


:-) Te confieso que no consigo tangilizar muy bien esto que llamas "espacios en blanco". Son tan dinámicos y ambiguos. Sus contornos estaran cambiando constantemente, asi que mi impresión es que terminan convirtiéndose en no-espacios, en no-lugares.
Me alineo a lo que comenta Julen. Creo que disponer de esos espacios es enriquecedor, y que la actitud de la dirección es aprender de ellos, en lugar de regularlos. Si "hacer algo" significa: escuchar, observar, reflexionar sobre por qué existen... entonces hace bien. Pero si la dirección siente la necesidad de rellenarlos, entonces puede ser un indicio de necesidad de control.
Te confieso que no habia pensado en ese concepto, y le voy a dar unas vueltas. El solo hecho de que lo hayas planteado es una buena idea. Tambien creo que es el tipico tema que ayuda a transparentar el posicionamiento de distintas "escuelas del management".
Yo soy partidario de "dejar hacer", de que esos espacios no-lugares existan...
un abrazo

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Los espacios en blanco existen en prácticamente todas las organizaciones y su frecuencia y amplitud son en cierto modo proporcionales al tamaño de las mismas. Un espacio en blanco es un área sobre la que no se ha definido un responsable, sea éste una persona o un departamento. Comparto el interés tuyo y el de Julen por facilitar y promover su existencia pero me parece aún más importante analizar la actitud ante ellos. El control que ejercen las organizaciones clásicas es a través de la cultura de la empresa, que suele penalizar la creatividad y la toma de decisiones independientes. Ante los espacios en blanco, en lugar de aprovecharse para experimentar, innovar y arriesgar, la reacción más común es la inactividad fruto del miedo (a las represalias o al fracaso). El liderazgo, entendido no como algo jerárquico sino como cualidad individual que puede expresar cualquier persona de la innovación, consiste en atreverse a aprovechar las oportunidades [disruptivas] que ofrecen esos espacios en blanco. Es más, creo que son un medio que, bien aprovechado, puede poner de manifiesto las bondades del liderazgo distribuido, léase en red.

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