La Productividad: Esa Gran Desconocida
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El pasado día 28 de octubre fui invitado a la presentación del estudio Spain’s Most Productive Companies, llevado a cabo por Profiles International España, en la que estuvo también presente Jorge Cagigas, presidente de Fundipe, quien afirmó que este tipo de estudios ayudan a entender mejor la realidad económica y empresarial y el verdadero impacto de las personas en los resultados de las empresas.
En dicho estudio se ha calculado, a partir del análisis de datos financieros públicos de 3.546 empresas, agrupadas en 12 sectores y 123 sub-sectores, tanto la productividad laboral (ingresos por empleado) como la rentabilidad por empleado (beneficios por empleado).
Además de establecer un ranking por sector y sub-sector de las empresas más productivas, el estudio ofrece los resultados del análisis que se realizó en las mismas a fin de identificar los rasgos diferenciales y mejores prácticas comunes, tanto a nivel de personas como a nivel estratégico y operativo.
Uno de los aspectos que más me ha llamado la atención al revisar los resultados es la diferencia que se puede observar en muchos sectores y sub-sectores entre los valores de los diez primeros clasificados. Por ejemplo, en el sector petrolífero, la primera empresa clasificada tiene una productividad laboral un 1800% superior a la sexta clasificada. O en el sector farma, que conozco bien, donde la productividad laboral de la empresa clasificada en primer lugar es superior en más de un 500% a la de la clasificada en décimo lugar. Por cierto, me alegró ver que si mi empresa, Life Techonologies, hubiera participado en el estudio (no lo hizo por tener menos de 200 empleados), hubiera quedado cuarta en su categoría.
En cuanto a las mejores prácticas, no hubo sorpresas. Las empresas más productivas destacan operativamente de las demás porque han evolucionado más en cuanto a la tecnología que utilizan, la forma de gestionar su marketing, sus canales de venta o sus finanzas y además sus procesos son más eficientes.
Y por lo que respecta a las personas, nada que no suene ya a viejo y sobado en el mundo del «manágemen», por más que muchos de nuestros directivos, que no leen, parezcan no haberse enterado aún.
Es necesario sustituir el absurdo presencialismo tan arraigado en la mentalidad feudal de nuestros gestores por una verdadera cultura orientada al desempeño, no sólo porque la conciliación es un acto de [auténtica] responsabilidad social sino porque a día de hoy hay que ir asumiendo que trabajo es lo que uno hace y no un sitio al que se va.
Claro que, para eso, primero hay que dejar de tener gestores y empezar a tener líderes efectivos que sepan establecer objetivos claros, retadores y alcanzables, que abandonen sus miedos y complejos y los sustituyan por confianza en las personas de su equipo, requisito esencial para poder delegar con eficacia.
Hay también que establecer un clima donde el error sea bienvenido, ya que la «innovación libre de errores» que tanto directivo espera (aunque no lo exprese) no es más un oxímoron.
No se comenta en el estudio pero hay otros tres factores que en mi opinión son esenciales de cara a incrementar la productividad de nuestras empresas:
- Hay que lograr que la gente aprenda a ser productiva a nivel personal o, de lo contrario, es muy difícil que pueda serlo a nivel profesional. Como dice Peter Drucker, «en el trabajo del conocimiento […] la tarea no se supone, sino que ha de determinarse» pero en el sistema educativo actual no se aprende a pensar antes de hacer
- Los procesos de las empresas no los suelen diseñar quienes ejecutan a diario esos procesos, sino supuestos «expertos» que probablemente dominen la teoría pero sin duda ignoran la realidad del día a día. En mi experiencia, la productividad de un proceso diseñado «bottom-up», con fuerte implicación de los actores, es significativamente superior al de uno impuesto «top-down» por el consultor o jefe de turno
- La productividad necesita un lavado de cara. A día de hoy se asocia, generalmente con fundamento, a explotación. La productividad debe ser y debe plantearse como un juego «ganar-ganar» donde tanto empresa como empleado mejoren su situación inicial porque, además, productividad y felicidad están relacionadas
Veo muy positivo que en España se comience a hablar de productividad con seriedad y creo que este tipo de estudios son un buen punto de partida para saber dónde estamos y cuánto nos queda por recorrer. Luego, además, para ser productivo, hay que hacer.
DISCLAIMER: Este no es un post patrocinado. Por otra parte, las opiniones expresadas en este post en particular, y en mi blog en general, son personales y no tienen por qué coincidir con las de mi empresa.
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