El Consejo de los Viernes: Aprende a No Ser Indispensable
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Los síntomas suelen ser claros. Cuando la pagas con el primero que te dirige la palabra; cuando estás cansado y eres incapaz de concentrarte en lo que estás haciendo o cuando no te puedes dormir o te despiertas a mitad de la noche, lo más probable es que necesites detenerte un momento a pensar.
Todos estos síntomas suelen ser indicios de que es necesario algo más que «pasar página« tras un día más o menos duro de trabajo. Puede que no esté claro si lo que necesitas es simplemente un largo fin de semana de desconexión total o unas verdaderas y largas vacaciones, pero lo que sí está claro es que necesitas un descanso.
Tu fatiga está comenzando a afectar tanto a tu trabajo como a tus relaciones y la situación ha llegado a tal punto que no va a mejorar a no ser que realmente te lo tomes en serio y dediques un tiempo prolongado a descansar y recargar las pilas.
Así que lo primero es tomarte esas vacaciones. Si dependes de que alguien te las apruebe, consigue que lo haga lo antes posible. En cualquier caso, en cuanto esté confirmado que te las tomas, comienza a planificarlas.
Sobre todo, no cometas el error de seguir trabajando mientras las planificas. No hay nada más patético que alguien quejándose a sus colegas de lo estresante que es irse de vacaciones 😀
En su lugar puedes tomar esta lista de control y ponerte manos a la obra con ella:
- Avisa a todas las personas con las que trabajas habitualmente de que te vas de vacaciones y no vas a estar localizable durante ese tiempo
- Haz una lista del trabajo pendiente que tienes que terminar antes de irte y, una vez la tengas, intenta posponer todo lo que pueda esperar a tu regreso
- Haz una lista con las tareas y proyectos que tendrán que terminarse mientras tú no estás. Identifica a la gente adecuada para que se ocupe de ello durante tu ausencia y reúnete con ella para asegurarte de que tienen todo lo que necesitan para hacerlo
- Pon a tu jefe al día sobre cómo quedan las cosas. Dile quiénes se van a encargar de tus responsabilidades hasta que vuelvas e intenta eliminar cualquier duda o preocupación que le surja. Si tu jefe se queda tranquilo, tú también te quedarás tranquilo
- Deja un número de contacto para emergencias a algún compañero de confianza. Yo suelo bromear diciendo: «y no me llames a no ser que quiebre la empresa, se anuncie una fusión, te vayas tú o se vaya mi jefe».
Ahora estás en condiciones de disfrutar de tu merecido tiempo de descanso. Confía en tus colegas y resiste la tentación de llamar para ver cómo van las cosas o de conectarte al email. Lo siento por tu ego, pero no eres indispensable.
Si has preparado bien el terreno antes de irte, tus compañeros harán un gran trabajo en tu ausencia y crecerán como profesionales mientras tú te renuevas.
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