Desarrollo Organizacional: Reflexiones Artesanas sobre [no] Formación 2.0
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Los pasados 3 y 4 de junio tuvieron lugar en Girona las Jornadas de Primavera 2010 de Consultoría Artesana.
Con la excusa de llevar a cabo un taller artesano sobre desarrollo de competencias directivas, nos reunimos Anna, Silvia, Alberto, Amalio, Asier, Eugenio, José Manuel, Nacho, Manel, Miquel y un servidor. Dos intensos días en los que hemos compartido información y experiencias, aprendido co-creando conocimiento y disfrutado, en los tiempos [no] muertos, de la conversación, la gastronomía y el entorno.
Como escribía hace ya algún tiempo en «El Mito de la Formación«, el paradigma de la transferencia de conocimiento está obsoleto y deberíamos ser capaces de superarlo, por mucho que haya todo un tinglado económico montado alrededor de él. Porque, más allá de discursos oficiales, me cuesta creer que a estas alturas haya quién aún dude de la ineficacia de la formación tradicional: bustos parlantes pretendiendo impartir sabiduría ante audiencias que dormitan bajo una máscara de fingida atención.
En términos de aprendizaje real, el resultado de estos formatos unidireccionales y asimétricos es prácticamente nulo, por muy zen que sea la presentación, espectaculares que sean las fotos y graciosos y ocurrentes que sean los chascarrillos del «formador» de turno.
Estos formatos en los que todo gravita alrededor del principio de que el conocimiento es transferible, están condenados al fracaso desde antes de empezar, ya que parten de una premisa falsa.
Por eso en #REDCA preferimos hablar de [no] formación. Porque creemos que se puede [in]formar, compartir conocimiento, facilitar el proceso de aprendizaje y [co]formar, es decir, co-crear, en una dinámica donde todos pueden ser aprendices y maestros a la vez.
De hecho, en estas Jornadas de Primavera todos los participantes hemos compartido conocimiento y experiencias con el resto. Cada uno de nosotros [in]formamos al resto, en el sentido de [in]troducir -compartiéndola- nueva información en la red.
Pero acceder a la información no es aprender sino situarnos en el umbral del aprendizaje. Del mismo modo que tener barro no implica saber convertirlo en vasija, disponer de la información es condición necesaria pero no suficiente para aprender.
Por eso el segundo día de las jornadas lo dedicamos a trabajar en y con la información a la que habíamos tenido acceso el primer día. Sin condicionamientos jerárquicos o grupales, sino como red.
Una de las muchas cosas que he aprendido en estas Jornadas es a «ver«, por primera vez con nitidez, por qué la red es superior al grupo y a la jerarquía desde un punto de vista humano. En palabras del propio Eugenio Moliní: «La red es la configuración en la que somos plenamente humanos ya que hace posible que encontremos identidad y dirección sin renunciar un ápice a nuestra autonomía. La red es la única configuración en la que es posible brillar con luz propia al mismo tiempo que otros también lo hacen«.
Precisamente desde esta configuración fuimos capaces de sintetizar una versión alpha del conjunto de rasgos característicos de la [no] formación 2.0 o, en otras palabras, del «buen hacer» [no] formativo y que, de forma muy resumida, serían:
- El objetivo de la [no] formación debe ser sobre todo el de provocar interés por aprender, mezcla que se consigue cuando se logra divertir e inquietar en la proporción adecuada
- El «buen hacer» [no] formativo es fiel a unos principios a la vez que riguroso con los métodos empleados
- La acción se orienta a la co-creación de conocimiento, con especial interés por la facilitación, la creación de espacios, el aprender haciendo y la gestión del conocimiento ya existente en la red. Esta acción hace posible la práctica del liderazgo distribuido gracias al cual todos los participantes pueden ser aprendiz y maestro según las circunstancias
Es decir, que si queremos hablar realmente de [no] formación 2.0, no vale con ofrecer contenidos más o menos atractivos bajo un formato entretenido o divertido. Y tampoco es suficiente con participar y compartir. Además de todo eso, hay que provocar, generar un deseo y una inquietud imparables por aprender para así, una vez constituidos en red, co-crear conocimiento.
Estos rasgos definen cómo plantear una acción [no] formativa desde la perspectiva de quien la propone. Desde el punto de vista de quien decide participar en ella creo que habría que añadir la libertad, la motivación y el interés, ya que en última instancia el acto de aprender es la expresión de una voluntad individual. Pero esto es seguramente objeto para otro taller… 😉
Hasta entonces quizás te apetezca echar un vistazo a lo que otros consultores artesanos han ido escribiendo y compartiendo sobre este taller. Lo puedes encontrar en los blogs de Asier, Alberto, Nacho, Manel, Eugenio, Amalio y Miquel.
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