GTD: Hacer es Elegir las Mejores Opciones
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Uno de los mayores desafíos con los que te encuentras en la locura del día a día es decidir qué hacer en cada momento. La respuesta que da David Allen a este reto es sencilla: confía en tu intuición.
Evidentemente esto no significa que dejes tu vida en manos del azar sino todo lo contrario, ya que las últimas investigaciones ponen de manifiesto que tienes más posibilidades de acertar en tus decisiones si te guías por la intuición y no por la razón.
Por otra parte, hay muchas cosas que puedes hacer para potenciar tu confianza en tu intuición y probablemente la mejor de todas sea disponer de un sistema de organización en el que previamente hayas recopilado, procesado, organizado y evaluado previamente todas las cosas que te han ido surgiendo y sobre las que has tenido que tomar una decisión en un momento dado.
Comentaba recientemente que una de las principales y más generalizadas críticas que se le han hecho a la metodología GTD es su supuesto carácter excesivamente táctico y descompensado en perjuicio de una visión más estratégica.
Personalmente creo que estas críticas no reflejan la realidad. Aunque es cierto que David Allen no dedica demasiado tiempo a profundizar en los detalles de los niveles superiores, esto se debe a que emplea un planteamiento inusual en el mundo de la productividad personal.
Mientras la mayoría de los gurús sobre productividad personal la enfocan de arriba a abajo, extendiéndose en la visión, la misión y los valores y dedicando relativamente poco tiempo a los detalles, David Allen lo hace justamente a la inversa: de abajo a arriba.
La razón por la que se prefiere este planteamiento es lógica: si no logras tener controladas las contingencias diarias, difícilmente estarás en condiciones de centrarte en horizontes más amplios.
Por eso, de acuerdo con este enfoque de ir de lo más táctico a lo más estratégico, David Allen propone la utilización de tres herramientas o marcos de prioridad para ayudarnos a tomar decisiones sobre qué hacer en un momento dado:
- El modelo de cuatro criterios para escoger acciones en cada momento
- El modelo triple para evaluar el trabajo diario
- El modelo de seis niveles para revisar desde diversas perspectivas el propio trabajo
La utilización efectiva del modelo más adecuado en cada situación es la forma de asegurar que lo que hemos decidido hacer es lo correcto.
La eficacia de estas herramientas es muy superior a la de los tradicionales sistemas de prioridades o a la de los cuadrantes importante/urgente ya que la prioridad, importancia y urgencia de cada cosa está además filtrada y matizada por el grado real de compromiso de hacerla que hemos adquirido con nosotros mismos e integrada en una perspectiva más amplia que contiene en un único sistema todos los frentes abiertos ante los que nos encontramos.
Entender bien las características de cada uno de estos tres modelos, así como la forma y momento de utilizarlos, es esencial para sacar el máximo partido a la metodología GTD, así que te invito a no perderte las próximas entradas, en las que los analizaremos en detalle.
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