El Consejo de los Viernes: Ataja los Problemas
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Hasta el más insignificante de los malentendidos puede convertirse en un momento dado, cual bola de nieve, en un verdadero conflicto. Por eso es importante permanecer alerta, estar atento a las señales y no permitir que esto ocurra.
Con frecuencia estos problemas se generan de forma apenas perceptible y son sólo detectados cuando alcanzan proporciones considerables, momento en el que por lo general cuesta mucho más resolverlos.
Suelen ser típicos en organizaciones donde los roles, las responsabilidades o los objetivos no están definidos, o comunicados, con suficiente claridad.
Las organizaciones matriciales, por ejemplo, son un caldo de cultivo excelente para estas situaciones. Aunque este tipo de organizaciones tiene indudablemente sus ventajas, el hecho de que las responsabilidades compartidas sean algo habitual en ellas favorece la falta de claridad a la que me refiero.
Personalmente creo que cuando sobre el papel hay varios responsables de algo, en la práctica no suele haber ninguno. Por esta razón, aunque la responsabilidad pueda ser compartida, siempre debe haber alguien que se responsabilice de que las cosas se hagan, lo que en el modelo RACI se conoce como «Accountable».
Por eso, en cuanto veas que una situación en la que estás involucrado no está suficientemente clara y comienza a «atascarse», no esperes a que las cosas lleguen «a mayores» y actúa de inmediato.
No se trata de empezar a buscar culpables ni tampoco explicaciones de por qué se hizo o se dejó de hacer algo. Eso sólo sirve para empeorar las cosas de forma acelerada. Se trata de atajar un problema incipiente resolviéndolo antes de que se convierta en algo incontrolable.
Aunque es evidente, con frecuencia ignoramos que los problemas rara vez se resuelven por sí solos y que por tanto, la única forma de que las bolas de nieve dejen de «engordar» es parándolas cuando aún son pequeñas.
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