Desarrollo Organizacional: Despotismo Ilustrado y Empresa 2.0
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Supongo que será consecuencia de la percepción selectiva pero últimamente no paro de ver señales, aunque también es cierto que, como escribía hace poco en otra entrada, los hechos están ahí para quien quiera verlos.
Tomemos por ejemplo las similitudes entre el movimiento cultural que supuso La Ilustración y los cambios socio-culturales a los que está dando lugar la Web 2.0.
Por ejemplo, en ambos casos se parte de una fe casi ilimitada en el progreso y en las posibilidades de hombres y mujeres para transformar el mundo.
Del mismo modo, los dos movimientos comparten como rasgo distintivo la puesta en marcha de un ambicioso proyecto orientado a recopilar y sintetizar los principales conocimientos de su época: la Enciclopedia y la Wikipedia respectivamente.
Si pasamos al plano político, el despotismo ilustrado supone el principio del fin de las monarquías absolutas del Antiguo Régimen, en un intento desesperado por parte de éstas para preservar su supervivencia y mantener el statu quo.
Los monarcas ilustrados pretenden inútilmente reconciliar absolutismo con progreso y se caracterizan por un discurso marcadamente paternalista acompañado de una serie de reformas desde el poder pero sin contar con el ciudadano, dando lugar a la conocida frase «todo por el pueblo, pero sin el pueblo».
Guardando las lógicas distancias, veo grandes similitudes entre muchos de los comportamientos de la empresa actual y los de los monarcas ilustrados.
A modo de ejemplo, la empresa actual pretende inútilmente reconciliar jerarquía con talento, también desde un discurso marcadamente paternalista, acompañado por reformas desde la Dirección pero sin contar con los empleados, en una especie de «todo por el empleado, pero sin el empleado«.
Percibo tras esta actitud de muchos directivos el mismo afán de supervivencia y mantenimiento del statu quo que perseguían los monarcas ilustrados y la misma obsesión que éstos por conservar el control, con la gran diferencia de que la llegada de Internet ha supuesto en la práctica que ese control sea ya sólo una ilusión y que el intento desesperado por mantenerlo de lugar con frecuencia a patéticos intentos de motivación forzada, situaciones grotescas de mala comunicación interna o a políticas internas poco operativas, injustas e ineficaces.
A pesar de todos estos esfuerzos porque nada cambie, estamos viviendo una revolución y estoy convencido de que la empresa 2.0, las redes artesanas y otras formas de organización más acordes con las necesidades y los tiempos que corren acabarán con la empresa 1.0 tal y como ahora la conocemos, del mismo modo que los Estados Constitucionales acabaron en su día con el Antiguo Régimen.
Aunque quién sabe, tal vez esté equivocado y sea cierto eso de que la Historia no nos enseñará nada…
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