GTD: Descubre la Utilidad de las Listas «Tal Vez Nunca»
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Veíamos la semana pasada el papel que pueden jugar las listas «Algún día/Tal vez» a la hora de liberar tu creatividad y comentaba entonces que dos tercios de mi sistema GTD están ocupados con elementos de este tipo.
En términos prácticos, hablo de un volumen estable que supera los 500 elementos en listas «Algún día/Tal vez». Como puedes imaginar, pretender revisar todos estos elementos en cada una de las revisiones semanales supondría una inversión de esfuerzo y tiempo considerable en un ejercicio de utilidad al menos cuestionable.
Por este motivo mis listas «Algún día/Tal vez» están en realidad divididas en dos grandes bloques: las listas «Algún día/Tal vez» propiamente dichas y las listas «Tal vez nunca«.
La diferencia entre ambas listas es sencilla. Las dos contienen elementos que no quiero tener en mi mente a día de hoy pero que tampoco quiero que desaparezcan de mi radar para siempre. Sin embargo, la probabilidad de que esos elementos pasen a ser algún día próximas acciones o proyectos que me he comprometido a hacer, varía en uno u otro caso.
La lista «Algún día/Tal vez» está integrada por cosas que, en principio, quiero hacer más adelante. Al menos esa es mi intención en el momento de anotarlas en la lista y por tanto la probabilidad de que algún día se conviertan en próximas acciones y proyectos es alta. Esto no significa que mi opinión no pueda cambiar más adelante. Es simplemente un criterio de clasificación que me resulta útil.
La lista «Algún día/Tal vez» me permite gestionar el volumen de elementos comprometidos y mantenerlos a un nivel manejable y realista. Durante cada revisión semanal puedo ir tomando elementos de esta lista e irlos pasando a la lista de elementos comprometidos.
Por el contrario, la lista «Tal vez nunca» está integrada por cosas que sobre todo no quiero que desaparezcan de mi radar. Sé que es probable que nunca pasen a ser elementos comprometidos, pero a pesar de ello prefiero no perderles el rastro. En esta lista tengo infinidad de libros, películas, música, proyectos, ideas por desarrollar, sueños…
La lista «Tal vez nunca» no forma parte de mi revisión semanal. La reviso cada dos o tres meses y como mínimo un par de veces al año. Con frecuencia borro elementos que finalmente han perdido interés para mí, a la vez que muevo otros a la lista «Algún día/Tal vez» e incluso, en raras ocasiones, directamente a la lista de elementos comprometidos.
La lista «Tal vez nunca» me permite reducir el volumen de elementos de mi lista «Algún día/Tal vez» a un tercio de su tamaño inicial, haciéndola mucho más manejable, y a su vez hace posible seguir manteniendo en el radar infinidad de cosas de las que aún no quiero olvidarme por completo.
Si tu lista «Algún día/Tal vez» está demasiado llena perderá buena parte de su utilidad. La lista «Tal vez nunca» puede ayudarte a recuperarla.
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