El Consejo de los Viernes: Evita las Distracciones
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El entorno de trabajo es un lugar lleno de distracciones de todo tipo y en esas condiciones es difícil alcanzar el nivel de concentración necesario para ser verdaderamente productivo.
Una forma de solucionar este problema es llevando a cabo una «auditoría de distracciones» que te permita identificarlas y, en la medida de lo posible, evitarlas.
La «auditoría de distracciones» es simplemente una lista parecida a cualquier otra lista que ya estés usando, en la que hay una relación de interrupciones tipo que se producen en tu entorno de trabajo así como la forma de tratar cada una de ellas.
Un buen modo de elaborarla partiendo desde cero es dedicar un rato durante las pausas que hagas, o al final de cada jornada, a pensar qué cosas apartaron tu atención sobre lo que estabas haciendo. En función de lo frecuentes que sean te interesará ir anotándolas según se produzcan, sobre todo los primeros días que estés trabajando en confeccionar tu «auditoría de distracciones».
Lo siguiente es ver en qué medida puedes evitarlas. ¿Se trata de emails urgentes que te fuerzan a interrumpir lo que haces para encargarte de ellos? ¿Compañeros que se presentan en tu lugar de trabajo a darte conversación? ¿Charlas que se eternizan en la máquina del café?
Habrá cosas que no puedas evitar, otras que puedas evitar sólo en parte y otras que, definitivamente, podrías evitarte si te lo propusieras. En todos los casos, anota en tu «auditoría de distracciones» cual es el resultado de tu reflexión y especifica qué harás la próxima vez que te surja esa interrupción.
Cuando hayas terminado la «auditoría de distracciones», y hasta que hayas convertido tus decisiones en hábitos, repásala todos los días antes de comenzar la jornada. Cuando acabes, comprueba si efectivamente has respondido a las distracciones como pretendías y anota en cuantos casos ha sido así y en cuantos no.
Con el tiempo verás cómo vas integrando esas nuevas formas de actuar ante las interrupciones en tu comportamiento inconsciente y cada vez más consigues responder ante ellas de la forma adecuada.
Dejarte distraer es con frecuencia resultado de tu propia elección. Por eso puedes decidir que no ocurra la próxima vez.
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