El Consejo de los Viernes: El Asesino es el Mayordomo
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En reuniones, presentaciones e informes, conviene con frecuencia comenzar por el final.
Adelanta tus conclusiones antes de embarcarte en la explicación de los detalles. Al hacerlo estarás diciendo a tu audiencia por qué deben seguir prestándote atención y qué pueden esperar del resto de la presentación.
No les obligues a adivinarlo.
Echa un vistazo al último informe que tuviste que preparar y mira a ver en qué punto del mismo compartiste tus conclusiones. Todo lo que vaya más allá de la segunda frase es tardar demasiado.
Lo único que debe preceder a tus conclusiones es una frase que resuma de la forma más contundentemente posible los antecedentes.
Por ejemplo: «Como saben he venido aquí a resolver este misterioso asesinato». La siguiente frase debería ser: «Después de buscar, recopilar y analizar todas las pistas posibles he llegado a la conclusión de que el asesino es el mayordomo».
A partir de ahí ya puedes pasar a explicar los detalles pormenorizados de tu investigación.
Presentar las conclusiones sólo después de haber explicado todos los antecedentes es un mal hábito, que se nos inculca desde pequeños, y que no es más que un reflejo del método deductivo.
Sin embargo, en la vida real, la gente quiere saber las conclusiones lo primero.
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