El Consejo de los Viernes: Déjalo en la Mitad
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En el mundo de la empresa existe la creencia errónea de que cuanto más importante es lo que tienes que decir, más tiempo hace falta para decirlo.
Sin embargo, la realidad es que cuanto más inseguro te sientas sobre lo que vas a tratar o más ganas tengas de causar una buena impresión, mayor es el riesgo que corres de acabar haciendo una exposición demasiado larga.
El efecto que esto causa es generalmente el contrario del que se persigue: en lugar de poner de manifiesto tu dominio sobre un tema eres percibido como alguien incapaz de concretar en unas cuantas ideas básicas.
Truman Capote dijo en una ocasión «creo más en las tijeras que en el lápiz«, refiriéndose a que en una presentación es tan importante saber qué omitir como saber qué incluir.
Da igual que se trate de un informe, discurso, presentación, carta o e-mail. Subraya lo que creas que tu audiencia necesita saber y luego déjalo en la mitad.
¿Cómo saber cuánto cortar? Todos los ejemplos anteriores se reducen al final a contar una historia. Comienza por tanto subrayando las partes que sustentan el argumento principal de la misma. Luego puedes eliminar todo lo que no contribuya a la historia, teniendo especial cuidado en no dejarte llevar por los detalles innecesarios.
Si crees que tu audiencia va a necesitar más información de apoyo, añade un apéndice al final o diles dónde pueden encontrarla.
Un aspecto importante a tener en cuenta cuando estés «recortando» tu historia, es comprobar de cuando en cuando que sigue conservando su consistencia.
En el momento en que suprimir una palabra más ponga en riesgo tu historia o su argumento, sabrás que ha llegado el momento de parar.
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