El Consejo de los Viernes: Vivir es Negociar
|
1:02'
Si estás vivo, estás negociando. Pasas todo el día intercambiando una cosa por otra, tanto si le pides un aumento a tu jefe como si decides dónde ir a cenar con tu pareja.
Por esta razón lo inteligente es intentar hacer tus negociaciones lo más fáciles posible y una buena forma de conseguirlo es reduciendo tu lista de opciones a las dos o tres que más te importan.
En serio, a no ser que estés negociando un contrato por diez años o un tratado de paz, intenta reducir al máximo tu lista de deseos o, de lo contrario, corres el riesgo de que no se cumpla alguno de los importantes.
Esto no significa que debas negociar de forma apresurada. Al contrario.
Negociar lleva tiempo y por eso hay que invertirlo en lo que es realmente importante:
- saber exactamente qué es lo que quieres
- escuchar lo que la otra parte necesita
- vislumbrar lo antes posible la forma de alcanzar un acuerdo
Evita verte atrapado en una compra-venta de tonterías insignificantes porque, en el mejor de los casos, estás perdiendo el tiempo y, en el peor, te estás arriesgando a acabar sacrificando alguno de los puntos importantes a cambio de otros que no lo son.
Convivir y trabajar con otros es un juego continuo de concesiones mutuas. No dañes tus relaciones regateando por nimiedades.Define los dos o tres puntos que realmente te importan y disponte a sacrificar los demás si es preciso.
Tienes todas las de ganar.
Comentarios