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Desarrollo Organizacional: El Mito de la Formación

| tiempo de lectura 3:13'
LuMaxArt Graduation..., cortesía de lumaxart
LuMaxArt Graduation…, cortesía de lumaxart

Decía recientemente Yoriento que «la Formación no forma» y yo, cuando por Formación entendemos la transmisión hablada de conocimientos, soy de la misma opinión.

Creo que seguimos anclados en buena medida en el viejo paradigma de la Formación como proceso de transferencia de conocimiento, proceso en el que el poseedor de dicho conocimiento («el que sabe») lo transfiere («enseña») a los receptores («los que aprenden») durante la sesión formativa.

La Formación, y esto lo digo desde mi experiencia profesional como formador, es además un remedio muy socorrido en el entorno empresarial. Qué el vendedor no vende: se le envía a un curso de ventas; que el jefe es un paquete: necesita un curso de liderazgo… Así, si el vendedor sigue sin vender o el jefe sigue siendo un paquete la culpa es del curso, lo que permite la opción de probar con un curso distinto mientras el tiempo pasa…

Hablamos en realidad de una variante algo más refinada de la Consultolabia de siempre y que al final se resume en pagar por transferir la responsabilidad a un tercero si algo sale mal.

La realidad es que no se enseña, en el sentido de que nadie «es enseñado», sino que se aprende y eso lo sabemos todos los que hemos trabajado en Formación, sea esta del tipo que sea. Una frase que ejemplifica esto magistralmente es la que oí hace tiempo a una maestra ya retirada: «hay niños que aprenden con cualquier maestro; niños que aprenden con un buen maestro y niños que no aprenden ni con el Divino Maestro».

Y esto es así porque al final aprender es un acto volitivo. No se puede enseñar al que no quiere aprender. Además, aprender requiere acción, sea esta física o intelectual. Aprendemos cuando hacemos algo, sea física o intelectualmente.

Un curso de Formación tradicional «informa» pero no «transforma». Un curso sobre ventas o liderazgo no convierte a nadie en un buen vendedor o en un buen jefe, aunque sí da acceso a la información sobre las posibles acciones a tomar para mejorar como vendedor o como jefe. Sin embargo es necesaria la voluntad para, construyendo sobre esa información, aprender a ser mejor vendedor, o mejor jefe, y eso sólo se consigue practicando, es decir, «haciendo» o, en este caso concreto, «siendo».

La palabra Formación en realidad es, al igual que Flexibilidad y tantas otras, una «palabra aditivo» más. Una palabra sujeta a un uso impostor por las connotaciones positivas que posee. En lugar de Formación deberíamos hablar de Divulgación, porque en eso consiste en realidad, por más que esta palabra esté infravalorada.

La Divulgación nos permite tener acceso a información desconocida, descubrir nuevas alternativas y posibilidades, contrastar lo que conocemos o desconocemos sobre un área y despertar en nosotros la inquietud o el interés por aprender más sobre un tema concreto. Es además el mejor incentivo para impulsar a aprender, sobre todo si se divulga bien. ¿Se le puede pedir más?

¿Por qué entonces decir Formación cuando queremos decir Divulgación? La respuesta es sencilla. Porque la Formación implica un compromiso tácito, aunque fraudulento por incumplible, de cambio. Y digo incumplible porque no está en la mano del formador asegurar el cambio, sino del «alumno», que es quien en última instancia decidirá aprender o no y, por tanto, cambiará o no.

Una de las razones por las que el coaching serio funciona es porque el compromiso de cambio procede de la persona a la que se le hace coaching. El coach profesional no promete cambio porque es honesto y sabe que es algo que no está en su mano garantizar.

Pienso que hay que acabar con el mito de la Formación como panacea y para ello lo primero es dejar de usar la palabra Formación a no ser que hablemos de una actividad eminentemente práctica que realmente produzca un cambio medible en cuanto a la adquisición de habilidades o competencias.

Creo que ha llegado el momento de llamar a las cosas por su nombre y empezar a hablar de Divulgación, Información o Facilitación como procesos de valor añadido desde los que se provee, con honestidad y sin prometer incumplibles, el acceso a información relevante orientada a posibilitar, facilitar e incitar al verdadero aprendizaje.

Es parte del cambio necesario para que se acepte de una vez por todas que el camino a la solución se puede facilitar desde el exterior pero que la solución final a los problemas debe surgir de las propias personas.

Comentarios

Nacho Muñoz avatar
Nacho Muñoz


Hay muy poco que añadir cuando lees argumentos casi irrefutables. Y con esta entrada ocurre así. Mi aportación o comentario es que desde mi experiencia organizando o impartiendo formación recibo mensajes del tipo:

"la intensidad del aprendizaje que he tenido en este año de master es casi igualable a la de dos o tres años de carrera universitaria"

El proceso enseñanza-aprendizaje, como brillantemente expones, es un proceso que requiere de las dos partes: formador y formando. El diseño y organización de un programa de formación permite activar deseos de aprendizaje y pueden lograr alcanzar el éxito de dicho proceso.

Otra forma de decir lo que quiero explicar es que si pudiéramos baremar el grado de compromiso del alumno al comienzo del programa de formación y nos encontráramos con un 2/10, el diseño organizativo (formador, metodología, etc.) puede hacer crecer esa puntuación a niveles superiores, de tal forma que la propia formación logre no sólo cumplir con sus objetivos de aprendizaje, sino otras motivaciones más relacionadas con la motivación por el contenido de la formación, que si está relacionada con el desempeño, se traduce en un incremento de la motivación por el contenido del puesto de trabajo.

Enhorabuena por este post y un saludo.

Yoriento avatar
Yoriento


Excelente, JMiguel :-)

Matizaría que la formación forma (en conocimientos y habilidades), que la divulgación informa y que la formación y la divulgación motivadoras... motivan ;-)

De acuerdo con Nacho en que la formación buena aumenta el grado de compromiso, llamémosle motivación ;-)

El mayor problema es asumir que toda la formación motiva, y claro, cuando la formación no lo hace y te encuentras con personal desmotivado, la mezcla es sencillamente improductiva para todos. Bueno, menos para los centros de formación, que siguen ingresando.

dorfun avatar
dorfun


...y ya que existe, debería emplearse más la palabra "aprendiente"...

DeFormador avatar
DeFormador


Muy buenas;

Creo que la descripción que haces es ajustada, pero pienso que la única formación es la que funciona. Lo demás no es formación -porque no forma-, es otra cosa (charlas, monólogos de bar, conferencias o lo que sea).

Un buen curso en buenas manos no deja indiferente, independientemente de los aprendientes (gracias por la palabra, dorfun) porque estará pensado para ellos (de lo contrario no es ni un buen curso ni un buen formador). Cualquier otra cosa, insisto, no es formación.

Juan Martínez de Salinas avatar
Juan Martínez de Salinas


Hola JM,

Magnifico post que comparto.

La verdad que en las formaciones se divulgan o facilitan determinadas herramientas sobre diversas materias que son la llave de entrada para que los alumnos comiencen a usarlas y ponerlas en práctica en sus hábitos profesionales. Después de la divulgación tiene que producirse el verdadero trabajo de los alumnos de llevarlo a cabo y poder tener el soporte o seguimiento de los formadores para ver su evolución y aplicación.

Por mi parte poco más que añadir.

Saludos,

Juan

Mertxe Pasamontes avatar
Mertxe Pasamontes


Totalmente de acuerdo. Así es. Las ganas de aprender vienen de dentro, como la motivación y muchas otras cosas.

Hay cosas que no se pueden "imponer".

mkl avatar
mkl


Me gusta mucho ese "redescubrimiento" que haces de las palabras para aplicarlas a situaciones que han acabado bajo el paraguas de la palabra formación.

Estoy contigo punto por punto, de formación hay poca y de lo que más hay es de lo otro y mucho mejor si llamamos a cada cosa por su nombre.

E imagínate que en este cóctel de palabras con idea incluimos "educación" ;-)

José Miguel Bolívar avatar
José Miguel Bolívar


@Nacho: No lo menciono pero efectivamente esa es la pieza que falta: la motivación. Es esencial que haya una motivación para aprender.

@Yoriento: Muchas gracias. Creo que tenemos un problema semántico de fondo. "Formación" es sólo un mínimo porcentaje de lo que se vende como tal. El resto es mayoritariamente "Divulgación". Luego, como bien apuntas, hay una relación directa entre calidad y motivación, al igual que la que comentaba Nacho entre motivación y compromiso.

@dorfun: Una sugerencia interesante.

@DeFormador: Los cursos no forman, al menos no en una medida significativa. Si son malos, aburren y suponen una pérdida de tiempo. Si son buenos, pueden despertar un interés. motivar, sentar las bases para que se produzca el posterior aprendizaje. Por bueno que sea el curso, si no se practica (acción) no hay aprendizaje efectivo.
Excepto en el caso de alguno cursos técnicos con muchas horas de prácticas incluidas, conozco pocos, por no decir ninguno, cursos de los que la gente haya salido más formada que entró. Otra cosa es que haya salido más informada, motivada, consciente, etc.

@Juan, @Mertxe: Veo que compartimos plenamente el enfoque :)

@mkl: Muchas gracias. Lo de la "educación" daría para otro post por lo menos :)

Muchas gracias a todos por enriquecer el post con vuestra opinión y comentarios.

JM

Àlex Vallès avatar
Àlex Vallès


Sinceramente, has dado en el clavo y me has "quitado" una idea que tenía.
Por mucho que insistamos en la formación si no hay voluntad de aprender tan sólo lo que hacemos es ganar dinero los formadores y justificarse los sres. de RR.HH. cuando ofertan formación.

Por mi parte, prefiero trabajar a fondo las expectativas y las learned lesson como elementos de transferencia del conocimiento.

En fin, un place la lectura de tu blog
Saludos

José Miguel Bolívar avatar
José Miguel Bolívar


@Àlex: Esto es parte de la revolución 2.0 que debe tener lugar en la empresa. El despotismo ilustrado empresarial está tocando a su fin. Sin la voluntad de aprender no hay curso que sirva de gran cosa y esa voluntad de aprender suele escasear cuando quien debe poseerla/desarrollarla no ha formado parte de la "conversación" previa sobre qué actividad formativa realizar, con qué objetivo, etc.

Muchas gracias por pasarte y aportar tu opinión.

JM

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