GTD: Cómo Fabricar Buenas Ideas
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Decía Linus Pauling, ganador de dos Premios Nobel, que «La mejor manera de tener una buena idea es tener muchas ideas«.
Por eso, una vez que tienes claro qué quieres que suceda y por qué, necesitas utilizar las técnicas y herramientas que mejor te permitan decidir el cómo.
Una de las técnicas que ha demostrado su eficacia a la hora de desarrollar el pensamiento creativo es la lluvia de ideas o brainstorming.
Su finalidad es facilitar la generación de ideas sin entrar en ningún tipo de evaluación o clasificación de las mismas.
Las claves de una buena lluvia de ideas son tres:
- No juzgues, evalúes ni critiques. Es un ejercicio de expansión e inclusión, no de contracción y exclusión
- Busca la cantidad, no la calidad. Ya filtrarás luego lo que no aporte valor
- Deja en segundo plano el análisis y la organización. Estos ejercicios sólo tienen sentido después de haber filtrado las ideas relevantes de las que finalmente no lo son
Ahora bien, ¿de qué te sirve generar ideas si no las capturas? Necesitas por tanto una herramienta con la que poder capturar las ideas a medida que las vas produciendo. Hay varias que podrías usar pero la más popular son los mapas mentales.
Como puedes ver en el ejemplo, un mapa mental se caracteriza por tener la idea fundamental en el centro, con las ideas asociadas distribuídas a su alrededor. Suele ayudar mucho utilizar diversos colores y también añadir todo tipo de imágenes o formas.
Una de las grandes ventajas de la lluvia de ideas y los mapas mentales es que no sólo puedes capturar las ideas que se te ocurren sino que además facilita la generación de otras muchas ideas que difícilmente se te habrían ocurrido con otras técnicas.
Esto se debe al fenómeno conocido como cognición distribuida, una teoría psicológica que afirma que el conocimiento humano no se encuentra únicamente en tu interior, sino que lo distribuyes en los objetos y personas de tu entorno, en las que habitualmente depositas o proyectas recuerdos, imágenes de acontecimientos o cosas que has aprendido.
Por eso, una imagen que dibujas en un mapa mental puede evocar una idea que en el pasado habías asociado con esa imagen.
Dominar la técnica de la lluvia de ideas y sacar el máximo partido a los mapas mentales es muy sencillo y sólo requiere un poco de práctica. Cuando lo consigas, descubrirás con satisfacción que te has convertido en una fábrica de buenas ideas.
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