Desarrollo Personal: El Poder de «Y»
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Cuando analizamos las distintas opciones o alternativas posibles ante un problema o situación tendemos a operar por lo general en paradigmas de suma cero donde todas las opciones o alternativas se excluyen mutuamente: «Hacer una cosa O la otra«.
Este enfoque es muy autolimitante ya que nos impide ver, y por tanto siquiera considerar, otras alternativas que también existen pero que caen fuera de nuestro paradigma. Me refiero a las opciones o alternativas que son posibles en paradigmas de suma positiva y que no se excluyen mutuamente: «Hacer una cosa Y la otra«.
Los planteamientos tipo «O» son además un obstáculo a la productividad, ya que una de las claves para alcanzar altos niveles de la misma es ser capaz de sinergizar, algo que es imposible lograr en este tipo de paradigmas.
Un ejemplo de paradigma de suma positiva es la propia metodología GTD. Como muy acertadamente apuntaba Alex en su post «Dos mundos«: «No se puede separar lo profesional de lo personal, puedes marcar una línea divisoria para conservar un poco la calma entre ambos mundos, pero si se quiere ser realmente productivo ambas vidas deben mezclarse, imponiendo la más lógica en cada momento, mezclarlas para ir avanzando en cada proyecto. Una vez que tienes un teléfono a mano lo que hay que hacer son las llamadas, independientemente del motivo.»
Afortunadamente estos planteamientos caducos orientados a la exclusión y que nos condenan a la escasez están comenzando a dejar paso a una nueva mentalidad y formas de actuar mucho más orientadas a la inclusión, uno de cuyos mejores ejemplos es la Web 2.0, tal y como apuntaba hace unos meses en mi post «Colaboración 2.0: Crecer Ayudando a Crecer«.
En estos nuevos paradigmas, la abundancia es posible. En el momento que salimos del pensamiento limitante del tipo «O» y descubrimos el poder de «Y», un nuevo mundo de alternativas hasta entonces inexistentes aparece ante nosotros.
Un excelente ejemplo del Poder de «Y» aplicado en el campo de la productividad personal es el que nos ofrecía recientemente Dani en su post: «Cómo tener más tiempo libre (exactamente el doble)«, en el que comenta cómo ha podido multiplicar su productividad por dos identificando opciones que hubieran permanecido ocultas de usar el paradigma habitual del tipo «O».
Otra ventaja de practicar este tipo de pensamiento es su aplicabilidad al mundo de la innovación, ya que el poder de «Y» no es más que otra forma de referirnos al pensamiento integrador, que es a su vez lo que posibilita la práctica de la hibridación, como muy bien explica Amalio Rey en este post.
Por eso te invito a que te prestes atención a ti mismo y a que la próxima vez que te descubras planteando alternativas de la forma «O hago esto O hago lo otro», te detengas por un instante e intentes al menos responder a la pregunta «¿Cómo podría hacer esto Y también hacer lo otro?».
Puede que al principio te cueste un poco, pero con algo de práctica llegará a ser algo tan habitual y automático para ti que incluso te llamará la atención cuando veas a otras personas aplicando el viejo paradigma «O».
¿Qué pierdes por intentarlo? A fin de cuentas puedes probar Y, si no te gusta, siempre puedes volver a tu paradigma de siempre.
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