¿Sabes lo que Ves?
|
1:56'

Siempre he admirado la capacidad de los médicos para hacer un diagnóstico a partir de una simple radiografía.
Lo bueno es cuando, además, tratan de explicártela: «vé usted, aquí hay una pequeña inflamación del [sustituir por cualquier nombre impronunciable] que le está causando bla, bla, bla…».
Pero lo mejor de todo es cuando, ante esta situación, nosotros asentimos efusivamente como si también lo viéramos con claridad, no vaya a ser que piensen que somos incapaces de ver más allá de esas manchas grises.
Bromas aparte, es evidente que el médico está viendo algo que nosotros no vemos y sin embargo los dos estamos frente a la misma radiografía. ¿Qué está ocurriendo? Sencillamente que el médico sabe lo que ve y nosotros no.
Comentaba Odilas en un post reciente que la toma de decisiones podría ser una buena métrica para medir el conocimiento, ya que «cualquier organismo individual o colectivo, aumenta y mejora su capacidad de respuesta al entorno, en la medida en que dispone de información y de herramientas para su análisis, contextualización, relación, síntesis y aplicación» o, lo que es lo mismo, «… en la medida en que dispone de información y es capaz de verla«.
Parece además que «saber ver» no sólo es importante para el conocimiento consciente sino también para el conocimiento inconsciente o intuición.
Sobre intuición precisamente escribía precisamente Francisco Alcaide en un post en el que nos hablaba de un entrenador de tenis que sabe unas décimas antes de sacar el jugador si va a acertar o errar el saque. ¿Cómo lo sabe? Ni él mismo lo puede explicar. Pero lo cierto es que observa la situación y “siente” que fallará o acertará.
Según dice Gladwell en su libro “Inteligencia Intuitiva”, esto es un ejemplo de conocimiento intuitivo surgido de la experiencia de años y años viendo saques en tenis o, dicho de otro modo, resultado de haber aprendido a «saber ver«.
Me atrevería a afirmar que este «saber ver» es una competencia que va a ser cada vez más importante en los tiempos actuales en los que la información no para de crecer en cantidad y cambia cada vez más rápido.
Del mismo modo que en Fotografía desenfocamos el fondo para resaltar el motivo, parece que la solución a este exceso de información es saber «desenfocar» toda la información que nos es innecesaria, es decir, aprender a «saber no ver».
¿Cómo lograr abstraernos del ruido informativo y aprender a saber ver lo relevante e ignorar lo irrelevante?
Posiblemente haya varias alternativas pero para mí el secreto está en La Zona.
Comentarios