Productividad: la Perspectiva GTD
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La mayoría de los gurús enfocan la productividad de arriba a abajo, es decir, comenzando por descubrir las misiones personales, o corporativas en el caso de las empresas, para a continuación definir los objetivos, estrategias, tácticas y demás detalles de la implementación.
David Allen, por el contrario, afirma haber descubierto con los años que resulta mucho más práctico trabajar en la mejora de la productividad con un enfoque de abajo a arriba, es decir, empezando por el nivel más mundano, que es donde se encuentran la inmensa mayoría de nuestras actividades y compromisos cotidianos.
La razón por la que suele resultar más eficaz un enfoque de abajo hacia arriba es que la mayoría de las personas están tan atareadas con sus compromisos diarios que les resulta realmente difícil poder centrarse en un horizonte más amplio.
Si logramos ponernos al día y mantenernos ahí controlando todo lo que entra en nuestra «bandeja de entrada», veremos como nuestra confianza aumenta y experimentaremos una mayor creatividad y capacidad de concentración, así como un deseo de afrontar nuevos retos.
Las personas que se ponen manos a la obra y llevan a cabo este proceso experimentan de forma natural e inmediata una sensación de libertad, liberación e inspiración.
Sólo cuando tus herramientas para gestionar acciones formen parte de tu estilo operativo habitual estarás preparado para comenzar a pensar a un nivel más alto.
Evidentemente hay cosas más elevadas que pensar en tu «bandeja de entrada» pero si eres incapaz de administrarte a ese nivel con eficacia, pensar a un nivel superior será como intentar nadar con un lastre.
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