GTD: El Gran Cambio es Vaciar tu Mente
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Mientras sigas manteniendo las cosas en la cabeza no podrás alcanzar el control relajado que promete David Allen.
La gran diferencia entre los que siguen la metodología GTD de verdad y los que no es que los primeros capturan y organizan el cien por cien de sus cosas utilizando una serie de herramientas y no con su mente.
Y ese cien por cien incluye todo, grande o pequeño, personal o profesional, urgente o no: todo.
Puede parecer una diferencia sutil, pero es más que eso ya que el tiempo que mantenemos algo en la mente y la cantidad de cosas que hacemos al respecto son, por lo general, inversamente proporcionales.
Parece un tanto absurdo por tanto dedicarnos a pensar en las cosas en lugar de hacerlas, sobre todo porque no existe ningún motivo para pensar en lo mismo dos veces, a no ser que nos guste pensarlo, claro.
La mente consciente es parecida a un monitor: es una herramienta de enfoque, no una unidad de almacenamiento. Por otra parte, la memoria a corto plazo – que es donde se nos acumulan los «incompletos» – funciona de modo parecido a la RAM de un ordenador.
Una persona puede pensar sólo en dos o tres cosas a la vez, por lo que si permitimos que los «incompletos» se vayan almacenando en ese espacio limitado es imposible que esa parte del cerebro rinda a un alto nivel. La mayoría de las personas van por ahí con su memoria RAM hasta los topes, y es esa sobrecarga mental la que hace que con frecuencia estén distraídas y descentradas.
Seguramente en los últimos minutos tu mente haya divagado por alguna parte que no tiene nada que ver con lo que estás leyendo y la causa, casi con seguridad, es que te has fijado en algún «frente abierto«.
¿Y qué has hecho al respecto? Probablemente te hayas limitado a preocuparte por ello en lugar de escribirlo y colocarlo en un sitio donde sepas que lo vas a revisar en breve. Este comportamiento no es nada eficaz porque no sólo no has progresado sino que tu tensión ahora es mayor.
Ya sabemos que la mente nos recuerda las cosas cuando no podemos hacer nada al respecto, porque no tiene sentido de pasado o futuro. Tu memoria RAM cree que tendrías que estar haciendo ahora mismo todo lo que en un momento dado te has dicho a ti mismo que tienes que hacer.
Imagina el estado de estrés constante y generalizado que eso supone. Muchas personas lo llevan padeciendo desde hace tanto tiempo que ni siquiera saben que lo padecen. Es como la fuerza de la gravedad, que no somos conscientes de ella porque siempre ha estado ahí.
La forma de deshacerte de este tipo de estrés comienza con un paso sencillo, aunque convertirlo en hábito te supondrá un gran cambio: vaciar tu mente.
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