El Consejo de los Viernes: Tú No Siempre eres la Causa
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Imagina que el Director General de tu empresa te ha invitado a una reunión y te lo encuentras en el ascensor cuando vas de camino.
Le ves preocupado y con prisas y de pronto te suelta: «Sólo tengo un cuarto de hora».
La mayoría de la gente se «desinflaría» pensando «en realidad no quiere hablar conmigo».
Sin embargo, la respuesta inteligente es «no hay problema, podemos ir más rápido». Probablemente tu Director General te mire perplejo y cambie por completo de humor.
Has sentado las bases para una más que productiva reunión, por breve que sea.
Ten en cuenta que el estado de humor de tu jefe, compañeros, clientes, pareja o de cualquier otra persona casi nunca tiene que ver contigo.
Como seres humanos tendemos a pensar que el humor de los demás refleja de algún modo algo que hemos hecho o dejado de hacer pero, en cualquier caso, algo relacionado con nosotros. Somos «la estrella de nuestra propia película».
Ponernos siempre en el centro de todas las situaciones es una forma más de distraernos de lo importante de forma innecesaria. Malgastamos nuestro tiempo preguntándonos qué hemos hecho mal cuando en realidad no tiene porqué ser necesariamente culpa nuestra.
Si realmente te preocupa haber podido molestar a alguien sin darte cuenta, pregúntaselo. Si la otra persona te dice que no tiene que ver contigo, acéptalo y si quieres ofrécele ayuda para resolver su problema.
Todos tenemos un mal día de vez en cuando y tú no siempre eres la causa.
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