El Consejo de los Viernes: ¡Olvídalo!
|
1:23'
Cuando vas conduciendo y alguien se te cruza obligándote a frenar en seco la primera reacción es de ira, pero esa ira se puede convertir rápidamente en violencia.
La descarga inicial de adrenalina es una respuesta saludable ante un riesgo o una amenaza, porque te proporciona la energía necesaria para responder rápidamente y protegerte, en este caso dando un frenazo.
Sin embargo la violencia al volante es cualquier cosa menos saludable.
Cuando en el trabajo alguien «se te cruza», acéptalo en silencio y olvídalo.
«Encasquillarte» en un ataque de ira tiene un coste enorme en tiempo, energía y concentración perdidas, así que si notas que estas a punto de sufrir uno de estos ataques:
- No hagas nada de forma precipitada. Espera a tranquilizarte.
- Date una vuelta o vete a una sala de reuniones con alguien de confianza y desahógate.
- Asegúrate de no descargar tu ira con otros compañeros. Si has tenido un «encontronazo» con un compañero no tiene sentido que te enemistes con todos los demás.
- ¡Olvídalo! No puedes cambiar el pasado. Aprende lo que puedas de la situación y sigue adelante.
En algunos casos es importante afrontar la situación que te ha molestado. ¿Hizo realmente algo mal tu colega? A fin de cuentas está en su derecho de plantear objeciones a tus ideas.
Si realmente ha hecho algo incorrecto, como ridiculizar tu propuesta en lugar de criticarla constructivamente, intenta reunirte a solas con esa persona y dile cómo te ha afectado lo que ha hecho. Es importante que te centres en cómo te has sentido tú y no en culpabilizar a la otra persona.
Es mucho mejor decir «me siento poco respetado y entendido» que «no me respetas ni me entiendes».
En cualquier caso, deja claros tus sentimientos y tus expectativas y ¡olvídalo!
La ira te roba tiempo y energía. Reaccionar de forma desproporcionada o inadecuada sólo sirve para empeorar las cosas y transmitir una pobre imagen de ti como profesional, así que simplemente, sigue adelante.
Comentarios