Desarrollo Organizacional: Mejorar o Presumir
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El concepto de Cuadro de Mando Integral o CMI surgió en 1992 y a pesar del tiempo transcurrido hay muchas empresas que aún no lo utilizan o, lo que es casi peor, lo utilizan mal.
Decía Peter Drucker que «todo lo que se puede medir, se puede mejorar» y es precisamente en ese contexto donde la utilización de un CMI cobra sentido.
Desarrollar por tanto una serie de KPIs (Key Performance Indicators) o Indicadores Clave de Desempeño sólo procede si dichos indicadores:
a) Están vinculados a la estrategia de la empresa
b) Son relevantes, o lo que es lo mismo, capaces de aportar información útil que permita mejorar
Sin embargo y por extraño que parezca, frecuentemente se producen desviaciones en el proceso de creación de KPIs que dan al traste con la utilidad del CMI como herramienta de mejora.
Una de ellas, fruto generalmente de la ignorancia, consiste simplemente en desarrollar KPIs que son fáciles de calcular o, mejor aún, convertir en KPIs indicadores que ya se están calculando con algún otro fin.
Otra desviación común, posiblemente de origen no tan inocente como la anterior, es medir lo que sabemos que hacemos bien, no vaya a ser que de lo contrario tengamos problemas. En su forma más refinada, esta desviación incluye algún KPI de algo que no hacemos mal del todo pero tampoco bien e, idealmente, uno o dos KPIs de áreas donde claramente se pueda mejorar. Esta combinación contribuye a incrementar la credibilidad general de nuestro CMI – un CMI con todo en verde resulta algo sospechoso – y tiene la ventaja adicional de limitar el riesgo de tener que trabajar en serio para solucionar lo que no funciona.
Hay una tercera desviación que por su descaro suele dar resultados sorprendentemente buenos, siempre y cuando la mejora constante no sea parte de la cultura de la empresa.
Consiste en elegir no sólo aquello que hacemos bien, sino algo que además nos interese promocionar para dar visibilidad e importancia a nuestro departamento. Se trata, por así decirlo, de generar la necesidad de monitorizar una serie de KPIs que son objetivamente irrelevantes aunque que sean importantes para nuestros fines.
Para alcanzar la perfección debemos añadir un par de KPIs en rojo, eso sí, que dependan de factores externos difícilmente influenciables.
Seguramente existan otras muchas desviaciones no menos pintorescas y si tú conoces alguna me encantaría que lo compartieras con nosotros.
Como podéis suponer, estas desviaciones no ayudan mucho a mejorar, pero lo que es a presumir…
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